La comunidad de Castilla y León tiene nueve Colegios Médicos en las distintas provincias. Dotar de más visibilidad a los órganos de representación colegiados ante la administración y luchar por una mayor participación de los médicos en la organización sanitaria, son dos de las líneas que se marca el COM de Valladolid.
Con una intensa actividad formativa y un ambicioso proyecto de crecimiento, la entidad colegiada de la capital vallisoletana tiene como objetivos prioritarios dignificar la profesión, y conseguir las mejores condiciones laborales para los médicos. “Sólo así podremos garantizar un servicio de calidad al ciudadano. El Colegio defiende a los colegiados, ...
Con una intensa actividad formativa y un ambicioso proyecto de crecimiento, la entidad colegiada de la capital vallisoletana tiene como objetivos prioritarios dignificar la profesión, y conseguir las mejores condiciones laborales para los médicos. “Sólo así podremos garantizar un servicio de calidad al ciudadano. El Colegio defiende a los colegiados, pero también garantiza a los ciudadanos que los médicos estamos en condiciones adecuadas para hacer bien nuestro trabajo”, declara José Antonio Otero, presidente del COM de Valladolid.
Mayor representación
En los últimos años, uno de los aspectos que más han afectado a la profesión es la incidencia de las decisiones políticas, especialmente aquellas que se refieren al recorte de plantilla y de recursos destinados a la dotación de hospitales y centros de salud. “Los médicos necesitamos tener buenas condiciones para desarrollar nuestros conocimientos que son de altísimo nivel y desgraciadamente las decisiones políticas en cuanto al presupuesto, no las favorecen”.
Para ello el Colegio está trabajando intensamente en la revalidación de la Colegiación y la recertificación. “Creemos que puede significar un cambio en la concepción que los políticos tienen de la profesión médica y que contribuya a dotarnos de mayor capacidad para influir en la organización sanitaria”.
Además de una mayor representación, es necesario, según José Antonio Otero, que se acometa una reforma estructural del sistema sanitario, al tiempo que se destine una mayor financiación a la partida de salud. “Teniendo en cuenta estos dos elementos esenciales –financiación suficiente y reformas–, el sistema será absolutamente sostenible”.
Gestión pública
Consciente de las fortalezas del modelo de gestión actual, y al ser preguntado por la coexistencia pacífica entre sanidad pública y privada, el presidente del COM de Valladolid no duda en responder: “Numerosos estudios demuestran que el modelo sanitario de financiación pública y de gestión pública es más eficiente que otros, independientemente de los diferentes puntos de vista políticos. Me parece irrenunciable la financiación, y la gestión pública de los servicios públicos sanitarios”.
En cuanto a la privatización sanitaria: “No entiendo la sanidad como un negocio, sólo la entiendo como un servicio que ha de estar bien reconocido económicamente. No debemos percibir la salud como una oportunidad de ganar dinero. No se puede convertir en una fuente de negocio”.
Nuevas tecnologías
La incorporación de las nuevas tecnologías a la labor diaria del médico es una evidencia. Las ventajas han sido múltiples, pero también han supuesto que los profesionales destinen mucho tiempo y recursos a su implantación. “Hay novedades como la receta electrónica a las que no les atribuyo todas las ventajas que muchos le atribuyen. En este caso, por ejemplo, ya existían otras aplicaciones que permitían realizar un número indeterminado de prescripciones suficientes para varios meses. Creo que en cierto modo nos hemos dejado fascinar por la tecnológica pensando que encontraríamos las soluciones a los problemas de salud de los enfermos, y no es así”.
Como alternativa, José Antonio Otero propone dosificar los recursos, y destinar la financiación a cuestiones realmente problemáticas, aunque también manifiesta que gracias a esta tecnología se ha podido manejar grandes cantidades de información que anteriormente requerían mucho tiempo. “Defiendo firmemente el sistema público, y esto repercute también a la distribución y la dispensación de medicamentos, que debe estar sujeta al mayor beneficio para la sociedad”.
Esta gestión pública no implica renunciar a obtener rendimientos considerables en el trabajo. “Lo relaciono más bien con una contratación honesta de trabajadores, médicos y otras profesiones. Todos los que dirijan empresas de servicios sanitarios de gestiones múltiples deben de entender que el médico tiene como principal interés el bienestar de sus pacientes, y esto es algo que se debe preservar como garantía para los pacientes”.