La diabetes mellitus de tipo II es una enfermedad que se asocia a un mayor riesgo de enfermedades coronarias, que son la primera causa de morbilidad y mortalidad entre los pacientes diabéticos. En dos décadas, se prevé que 592 millones de personas sean diabéticas, por es el momento de apostar por un cambio de paradigma en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.
Según el estudio di@bet.es, elaborado por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM), más de 5,3 millones de españoles (un 13,8% de la población) tiene diabetes de tipo II. Pero lo preocupante es que unos 2,3 millones de personas, un 6%, desconoce que sufre ...
Según el estudio di@bet.es, elaborado por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM), más de 5,3 millones de españoles (un 13,8% de la población) tiene diabetes de tipo II. Pero lo preocupante es que unos 2,3 millones de personas, un 6%, desconoce que sufre esta enfermedad. La diabetes mata a casi cuatro millones de personas anualmente y se calcula que en las próximas dos décadas, las muertes relacionadas con la enfermedad aumenten más del 50%.
En este contexto, Dídac Mauricio, jefe clínico y jefe de servicio en funciones del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, cree que es el momento de que “los pacientes con diabetes tengan sus propios ensayos clínicos para responder a la pregunta de por qué hacen más enfermedad”. En la clínica, añade Maurici, “ya sabemos que hay intervenciones que funcionan diferente en los pacientes diabéticos que en los no diabéticos”.
Cambio de paradigma
Dídac Mauricio y su equipo centran su trabajo de investigación en el estudio de la enfermedad aterosclerótica en la diabetes mellitus. El experto asegura que “la aterosclerosis en la diabetes es muy peculiar y tiene sus características propias”. A partir de aquí, cree que “cuando el paciente, sobre todo el de tipo II, sufre un evento cardiovascular ya es demasiado tarde”. Asegura que “hay que ir mucho antes, hay que cambiar el paradigma, imitando el que han hecho los oncólogos”. Y es que con los años, en la oncología se ha implantado el cribado de enfermedad antes de que esta dé la cara.“Pues bien, probablemente, el paradigma en la diabetes también deberá cambiar y deberemos detectar la enfermedad aterosclerótica antes de que se complique”, sentencia.
El grupo de trabajo que lidera Mauricio se enfoca “en los aspectos diferenciales, sobre todo de la aterosclerosis, en los pacientes con diabetes”. Entre otros, están trabajando en la parte clínica, en la caracterización de los pacientes que tienen placas antes de que hayan tenido un infarto o un ictus. Además, creen que “las tablas de cálculo de riesgo cardiovascular que funcionan en la población general es bien conocido, al menos en nuestra población, que no predicen bien el riesgo cardiovascular en los pacientes con diabetes”. Mauricio añade que “probablemente nos saldría más a cuenta identificar placas que llevasen enfermedad arterial antes de que estas den la cara clínicamente y no utilizar herramientas de previsión que en los diabéticos no funcionan”.
La aterosclerosis y la diabetes
“Los pacientes con diabetes tienen una forma de aterosclerosis en la que se forman placas que, a veces, pueden complicarse y provocan eventos cardiovasculares como el infarto, el ictus y problemas de circulación periférica en las extremidades”, comenta. “Nos centramos en por qué la enfermedad de la aterosclerosis en el paciente diabético es mucho más agresiva, tensa y precoz”.
Mauricio comenta que tienen “investigación básica, proyectos traslacionales e investigando el porqué las células que participan en la información en la placa de ateroma se comportan diferente en los pacientes con diabetes”. La pregunta principal del grupo es “intentar resolver el porqué las complicaciones cardiovasculares se nos llevan a los pacientes, les complica la vida y les hacer perder calidad de vida”. Esta pregunta es la que dirige sus esfuerzos y su objetivo es “intentar dar más años de vida y más calidad de vida a los pacientes”.
Avances y percepción
En cuanto a los avances, Mauricio cree que cada vez hay más investigaciones, tanto básicas (fundamentales para identificar nuevas vías de tratamiento) como en clínica. “Estamos asistiendo en los últimos años a ensayos específicos con pacientes con diabetes”.
“La industria está invirtiendo mucho dinero en fármacos para la diabetes, sobre todo de tipo II”. El motivo es que se está convirtiendo en “la epidemia del siglo XXI y cada vez hay más pacientes y, lo malo, es que cada vez son más jóvenes”. Añade, además, que “el impacto en los jóvenes del riesgo cardiovascular es terriblemente superior respecto a su población de referencia de la misma edad que lo que supone en pacientes de mucha mayor edad”.
En cuanto a la investigación básica, Mauricio cree que “necesita mucha más inversión, igual que la traslación y la explicación de por qué ocurre esto”. Cree que“es insuficiente la visibilidad del problema y que la percepción social es muy baja”. “Y realmente es una enfermedad que hace perder muchos años de vida”. Pone como ejemplo la gala benéfica de la Marató de TV3, que recaudó mucho menos dinero cuando se dedicó a la diabetes y obesidad que otros años.
La mujer diabética
Otro factor importante es que “en la mujer la diabetes es especialmente agresiva desde el punto de vista cardiovascular en relación a su población de fondo, que no es diabética”. Aunque la población masculina, en general, tiene mucho más riesgo, en “la mujer diabética el riesgo relativo es superior al del hombre. Digamos, que la diabetes invierte esta proporción de riesgo”, explica Mauricio, que también comenta que este dato “no se tiene muy en cuenta a la hora de tomar decisiones”. Añade, además que “deberíamos ser especialmente agresivos en tratar los factores de riesgo”.
En cuanto a la atención primaria, el investigador del CIBERDEM cree que “el conocimiento en atención primaria ha mejorado mucho en los últimos años”. Aun así, sostiene que se necesita más formación porque“parece que tratar un paciente con una diabetes sea una cosa sencilla, pero en realidad es una enfermedad compleja de tratar”. Y es que se tienen que aplicar muchas medidas terapéuticas de manera individualizada y “eso no es fácil”. Además, añade, “en los últimos diez años, hemos asistido a la irrupción de nuevos grupos farmacológicos que hacen que sea complejo a veces dar el tratamiento, porque, como pasa en la hipertensión, necesitamos dar más de un fármaco para controlar la enfermedad”.
Finalmente, Mauricio comenta que un problema que afecta a todos los médicos es el de “la denominada inercia clínica que hace que las decisiones se demoren” y, en el caso de la diabetes, “es muy importante no demorarlas”.