La acumulación de isoformas más resistentes a la degradación del factor de transcripción delta-FosB es clave en la dependencia.
Un estudio llevado a cabo en diversos centros de investigación austríacos ha identificado un proceso molecular que podría explicar la dificultad en eliminar las conductas adictivas. Por primera vez los científicos han detectado la presencia de isoformas truncadas del factor de transcripción delta-FosB en el nucleus accumbens humano, las cuales ...
Un estudio llevado a cabo en diversos centros de investigación austríacos ha identificado un proceso molecular que podría explicar la dificultad en eliminar las conductas adictivas. Por primera vez los científicos han detectado la presencia de isoformas truncadas del factor de transcripción delta-FosB en el nucleus accumbens humano, las cuales presentan mayor estabilidad y persisten en respuesta a la exposición crónica a los opiáceos.
En la comparación de muestras procedentes de 30 individuos controles o adictos a este grupo de drogas los niveles de la forma más inestable (33 Kd) de delta-FosB fueron similares, mientras que los de las formas estables (35 y 37 Kd) fueron claramente superiores sólo en el segundo grupo, incluso tras un período post-mortem de hasta 10 días. Casi todos los estudios llevados a cabo hasta le fecha en este ámbito habían sido realizados en animales, bajo condiciones específicas y en relación a la respuesta comportamental en la exposición crónica a la cocaína.
Daniele U. Risser, directora del estudio, afirma que los hallazgos ayudan a comprender la biología de las adicciones y proporcionan una base molecular para la plasticidad neuronal que subyace a las modificaciones estructurales observadas en diversas regiones cerebrales de las personas drogo-dependientes.