Hay retos y paradojas alrededor del papel del paciente en el sistema sanitario. Precisamente, en la novena edición de la jornada ‘Gestión sanitaria en tiempos de cambio’, celebrada por Antares Consulting, se habló de la importancia de la experiencia del paciente.
La finalidad de cualquier sistema sanitario es mejorar el estado de salud de la población, respondiendo adecuadamente a sus expectativas y protegiendo a la sociedad del coste individualizado de la enfermedad. Sin embargo, en la mayoría de reformas y debates sobre el futuro de los sistemas sanitarios, el paciente, en ...
La finalidad de cualquier sistema sanitario es mejorar el estado de salud de la población, respondiendo adecuadamente a sus expectativas y protegiendo a la sociedad del coste individualizado de la enfermedad. Sin embargo, en la mayoría de reformas y debates sobre el futuro de los sistemas sanitarios, el paciente, en términos de salud y expectativas, no siempre forma parte del eje central de este debate. Por ello, la novena edición de la jornada Gestión sanitaria en tiempos de cambio, organizada este martes en Madrid por Antares Consulting con el patrocinio de Servier y de Abbvie, llevó el título El paciente en el sistema sanitario: del discurso a la acción.
Eduard Portella, presidente de Antares Consulting, destacó que “todos estamos centrados en el paciente” y que, hoy por hoy, se habla de su experiencia. “Nos importa que la experiencia que vive en nuestra institución sea positiva. Estamos en el mundo de la experiencia, por lo que es normal que en salud nos importe cómo nos acogen y la experiencia”, insistió. Expuso que en el hospital de McGill University Health Centre (Montréal) hay 120 pacientes formadores para dar la perspectiva de los pacientes a los estudiantes. Igualmente, hay 75 pacientes en el sistema de atención sanitaria y cinco pacientes en los equipos de investigación, que forman parte del staff. Asimismo, “la industria ha desarrollado iniciativas para mejorar la experiencia del paciente, especialmente en pediatría”.
Portella afirmó que hay que segmentar al paciente en distintos grupos. Justificó que no hay soluciones ni enfoques uniformes, que no todas las soluciones se aplican a todos los problemas y situaciones y que no todas las propuestas se aplican a todos los pacientes. En ese sentido, recomendó “huir de la moda y hacer el plan más apropiado” y “entrar en los temas de cambio de gestión cultural”.
Eduard Portella.
Begoña Román, profesora de la Facultat de Filosofia de la Universitat de Barcelona y presidenta del Comité de ética de los Servicios Sociales de Cataluña, dio una conferencia sobre el cambio en los valores y las expectativas en las sociedades modernas. El mensaje que transmitió fue que “no hay medicina sin confianza” y que “no hay confianza sin confidencia”. Hizo hincapié en que la paciencia es fundamental en una sociedad científica. Sucede lo mismo en un paciente, “que esperamos que cada vez sea menos pasivo”. En la sociedad del móvil, del tuit; la impaciencia y la inmediatez van a generar mucha crispación. “Nuestra sociedad contemporánea tiene que instalarse en un nivel de conciencia post-convencional. Los valores son productos culturales y se quedan obsoletos”, sostuvo. Entre los valores nuevos, está el de la autonomía del paciente. No hay que olvidar que “veníamos de siglos de paternalismo”. “Si hay que ponerle un nombre, es que no estaba centrado en el paciente. Si hay que tener una política de cuidados, es porque el paciente es una historia integrada de vida, no sólo una historia clínica. Él es el que hace también las preguntas. No se queda pasivo ante la información que le da el otro”, avisó.
Prosiguió: “No todo valor es respetable. Lo que caracteriza a un valor es el motivo por el que tiene que ser respetado. Las morales son vividas y las éticas son pensadas. Hay muchos valores que se quedan obsoletos. Una sociedad del conocimiento se caracteriza porque razona, porque dialoga”. Román glosó que en primer lugar se encuentra la ética cívica. Dignidad y Justicia. La Justicia habla de derechos y deberes. En segundo lugar, la ética de la organización. Tenemos que hablar de políticas de la organización. Todo bajo la calidad total y bajo la calidad del paciente. La última parte es bajo la satisfacción del paciente. “Hay que saber por tanto encontrarse en un diálogo para explicitar los valores por los que nos queremos caracterizar”, puntualizó. La pregunta por los valores y por la ética no es la pregunta por lo bueno, sino por el nivel de riesgo que estamos dispuestos a asumir en entornos de incertidumbre y de complejidad.
Julio Mayol, director médico del Hospital Clínico San Carlos, que estaba entre el público, intervino en el turno de preguntas. Lamentó que “tenemos un sistema sanitario que vive las consecuencias de la revolución industrial” y que “nadie ha puesto a trabajar la inteligencia dentro del sector sanitario”.
Julio Mayol.
FOTO PRINCIPAL: Begoña Román.