La IC se produce por un mal funcionamiento del corazón que no es capaz de bombear la sangre al resto del cuerpo en cantidad suficiente para que el organismo funcione correctamente. Está relacionada con diversas enfermedades, la mayoría cardíacas, y es cada vez más frecuente debido al progresivo envejecimiento de la población, ya que, aunque puede afectar a personas de todas las edades, tiene mayor incidencia en personas de edad avanzada por desgaste del corazón y por la pluripatología.

El concepto ‘alfabetización en salud’ hace referencia a las habilidades cognitivas y sociales que determinan el nivel de motivación y la capacidad de la persona para obtener, procesar y entender la información necesaria para tomar las decisiones más apropiadas sobre la propia salud. En este nivel intervienen diferentes variables (socioeconómicas y sociodemográficas).

En el tratamiento de la IC los fármacos no son suficientes, es fundamental que el enfermo asuma la responsabilidad de incorporar en su día a día determinados hábitos saludables (dejar de fumar, perder peso, dieta baja en grasa y sal, reducir o eliminar consumo de alcohol, hacer ejercicio, etc.), de llevar a cabo rutinas para controlar posibles descompensaciones de la enfermedad (pesarse cada día y anotar el peso) y de estar atento a las señales de alerta (aumento significativo de peso , inflamación de las piernas por acumulación de líquidos, dificultad respiratoria).

El estudio se ha realizado en diferentes equipos de atención primaria (EAP) de la Gerencia Territorial Metropolitana Sur del Instituto Catalán de Salud, en Hospitalet de Llobregat (los EAP Pubilla Cases, Florida Nord, Florida Sud, Santa Eulàlia Nord, Santa Eulàlia Sud, Gornal, Bellvitge, Can Serra, Centre y Sant Josep). Se seleccionó a pacientes de 55 años o más, atendidos por estos equipos, con IC diagnosticada en el último año. La muestra incluyó 318 pacientes con una media de edad de 77 años. El nivel académico del 82,07% de la muestra era de educación primaria o inferior, un 16,35% tenían estudios secundarios y sólo un 1,57% habían realizado un Grado universitario.  Un 58,18% de los participantes vivían con otra persona, un 24,84% vivían solos y un 16,98% con más de una persona. El 85,53% de la muestra tomaban más de 5 fármacos, y el 59,43% manifestaban no adherencia al tratamiento farmacológico.

Para calcular el nivel de alfabetización se utilizó un cuestionario validado a nivel europeo que calcula el índice general, el nivel para las curas, la prevención de la enfermedad y la  promoción  de la salud. Este test da una puntuación de 0 a 50 que determina si el nivel es inadecuado (0-25), problemático (25-33), suficiente (33-42) o excelente (42-50). Todos los participantes del estudio respondieron este cuestionario y la mayoría se situó en la franja de problemático, es decir, con una competencia insuficiente para comprender información sobre salud.

Con estos resultados, para Rosalia Santesmases - enfermera, profesora de la Escuela Universitaria de Enfermería Sant Pau (EUI-San Pablo) e investigadora del IDIAP - "es prioritario tener en cuenta el nivel de alfabetización en salud para poder adecuar los mensajes y realizar acciones e intervenciones en las consultas que faciliten la comprensión de la información en salud y favorezcan la implicación de los pacientes con en el tratamiento de su enfermedad. Se trata de empoderar al paciente, y darle las herramientas para que sea capaz de tomar decisiones".