Bajo el lema "Una vida en primera persona", se celebró en Ávila el XX Congreso de Salud Mental España, los días 25 y 26 de este mes, tomando con eje central los avances experimentados por el movimiento asociativo en el último año, dentro del campo de la salud mental. Durante ...
Bajo el lema "Una vida en primera persona", se celebró en Ávila el XX Congreso de Salud Mental España, los días 25 y 26 de este mes, tomando con eje central los avances experimentados por el movimiento asociativo en el último año, dentro del campo de la salud mental. Durante las dos jornadas del encuentro se aportaron numerosos datos sobre los derechos de las personas con trastorno mental, las poblaciones femenina e infantil con esta problemática o convivientes con pacientes, los modelos asistenciales en el medio rural, la autonomía personal de las personas afectadas, la necesidad de diagnósticos e intervenciones tempranas y el espinoso asunto de las transiciones de la edad infantil a la adolescente y adulta, en contextos de enfermedad mental.
El encuentro reunió a 400 asistentes y ponentes, entre expertos clínicos, gestores, ex políticos sanitarios y responsables del tercer sector, en representación de las 47.000 personas que actualmente pertenecen a todas las asociaciones de pacientes y familiares que componen la confederación Salud Mental España, de la que es presidente Nel A González Zapico.
Pie de foto: Diego Padilla Torres
Particularmente interesante fue, desde la óptica clínica, la ponencia del psicólogo clínico Diego Padilla Torres, miembro de la unidad de Niño y el Adolescente del Hospital Doce de Octubre de Madrid. Conocedor de la realidad sanitaria en España, criticó especialmente el modelo asistencial de salud mental en el país, empezando por la región que conoce mejor por trabajar en ella, es decir, la Comunidad de Madrid. En general, lamentó que la atención psiquiátrica psicológica seanel "patito feo" del sistema sanitario, sin aclarar muy bien si algún día se convertirá en cisne.
Para enriquecer su presentación, Padilla Torres relató el caso de un paciente, en origen de 13 años y que actualmente se acerca a los 17, en el que él mismo, el psiquiatra, las enfermeras y la trabajadora social del niño, llevan trabajando "codo a codo" cerca de 4 años. Fruto de este esfuerzo, y gracias a la confianza generada en el paciente mediante el trato sostenido, el menor explicó a los dos años de tratamiento que escuchaba voces inexistentes, evidenciando una futura patología mental grave. Este fue el ejemplo del ponente para expresar que los desarrollos de patología mental son extraordinariamente dilatados en el tiempo y que, durante los mismos, los profesionales sanitarios tienen perfecto derecho a comunicar sus dudas e, incluso, sus sentimientos. Sobre la gravedad de los trastornos mentales graves, Padilla Torres afirmó que son el 20% de todos los registrados, con la salvedad de que, entre el 4 y el 6% de ellos, confirman su severidad en la adolescencia. Esto evidencia, según aseguró el experto, que los problemas mentales siempre tienen un desarrollo evolutivo.
Ante la anterior constatación, el psicólogo clínico lamentó sinceramente que no existan en el país programas estructurados de transición del niño al joven para salud mental, en ninguna comunidad autónoma, salvo quizás parcialmente en Castilla y León, autonomía donde se desarrolló el congreso y, según parte de los asistentes, se está adoptando un modelo de atención bastante avanzado. Encontró por eso especialmente grave el ponente la falta de un modelo asistencial progresivo e integrador, incapaz de prever o gestionar recaidas, abandonos de tratamientos y cambios de profesionales sanitarios, Algo que, en su opinión, condiciona muchas veces el éxito de las intervenciones a la fuerza vocacional de psicólogos y psiquiatras, y demás personal asistencial. Por eso, Padilla Torres defendió el principal valor del vínculo entre terapeuta y paciente, con la necesidad de que le acompañe en su crecimiento vital y la evolución de su trastorno.
Pie de foto: (De pie) Luisa Fernanda Yágüez
En la misma mesa destinada a analizar la salud mental en las primeras etapas de la vida, la responsable de formación de la Fundación ANAR, Luisa Fernanda Yáguez, explicó los servicios telefónicos que presta su entidad. Se trata de un recurso gratuito, y que no deja rastro en la factura, para que los menores, o adultos desorientados, puedan consultar o avisar sobre casos de malos tratos, problemas mentales, violencia intrafamiliar o tentativas de suicidio. Según Yáguez, los teléfonos de ANAR reciben 1.400 llamadas diarias, de las que 2.971 fueron relacionadas con el suicidio o las autolesiones. Con un 26% de acoso escolar, fenómeno que ha aumentado un 240% en el último año, focalizado en niños cada vez más pequeños.
Por parte de Castilla y León, intervino su consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Alicia García Rodríguez. Entre ella, y su director técnico de atención a las personas con discapacidad, de la Gerencia de Servicios Sociales, Benedicto Caminero, explicaron un modelo asistencial según el cual, las prestaciones de salud mental crecen al ritmo de las demandas sociales. Con un conjunto de servicios que ya cubren a 3.500 personas, a través de hospitales de día, viendas supervisadas y programas de acompañamiento personal. Un modelo inclusivo, según describieron, que presta especial atención a la empleabilidad de las personas con trastorno mental.
Pie de foto: Nel A González Zapico
Concluyó el presidente de Salud Mental España, Nel A González Zapico, resumiendo que el XX congreso de la confederación fue un escaparate útil y necesario para seguir avanzando en los derechos civiles de las personas con discapacidad. Una necesidad insoslayable, si se tiene en cuenta que el 2-3% de la población española se ve afectada por algún problema de su salud mental, en números que se aproximan al millón de ciudadanos. Un dato que puso en relación con la cifra que da la Organización Mundial de la Salud (OMS), a afirmar que uno de cada cuatro ciudadanos del planeta padecerá algún tipo de trastorno a lo largo de su vida. Una vida que para todos debe ser vivida con dignidad e igualdad de oportunidades.
Para expresar que es factible tener trastorno mental grave y hacer una vida satisfactoria y productiva, intervino Basilio García Copín (en la foto) responsable organizativo de Salud Mental en Ceuta y escritor, a pesar de padecer esquizofrenia.