Un equipo dirigido por Ganesh Pandian Namasivayam, en el Instituto de Ciencia Integrada de Materiales Celulares de la Universidad de Kyoto, ha conseguido proporcionar a las pirrol-imidazol amidas (PIPs) la capacidad de cruzar la membrana mitocondrial. Las PIPs son compuestos capaces de unirse al ADN en células vivas, bloqueando el ...
Un equipo dirigido por Ganesh Pandian Namasivayam, en el Instituto de Ciencia Integrada de Materiales Celulares de la Universidad de Kyoto, ha conseguido proporcionar a las pirrol-imidazol amidas (PIPs) la capacidad de cruzar la membrana mitocondrial. Las PIPs son compuestos capaces de unirse al ADN en células vivas, bloqueando el acceso de factores de transcripción que activan al gen situado en la proximidad. Esta estrategia ha sido usada para silenciar genes cuya activación se asocia a estados patológicos.
Aunque la mayoría del ADN celular se encuentra en el núcleo, una pequeña proporción se encuentra en las mitocondrias, o centrales energéticas de la célula. Dado que existe evidencia creciente de que el genoma mitocondrial tiene un papel importante en la etiología de enfermedades musculares y nerviosas, los investigadores han añadido a los PIPs un péptido de vehiculización a este compartimento intracelular, lo que les permite cruzar la membrana del orgánulo en contra del gradiente.
El conjugado, denominado MITO-IPI, ha sido diseñado para bloquear el lugar de unión del factor de transcripción TFAM al gen ND&, relacionado con el metabolismo energético. El bloqueo resultó en una reducción de entre el 60 y el 90% en la expresión de ND6. Mediante una técnica de fluorescencia se pudo comprobar que la unión del conjugado tuvo lugar exclusivamente en el genoma mitocondrial y no en el nuclear.
Hiroshi Sugiyama, co-autor del estudio, afirma que el estudio constituye una prueba de concepto acerca del potencial de los ligandos funcionales con capacidad de modificar específicamente la actividad genética mitocondrial.
Foto: Kyoto University iCeMS