El estudio ICOR fue coordinado por el Dr. Josep Comín Colet en colaboración con el Institut Català de la Salut, la Fundación Gol de Investigación en Atención Primaria y el Institut Hospital del Mar d´Investigacions Mèdiques (IMIM). El subanálisis del ensayo clínico incluyó a 116 pacientes elegidos al azar con dos ...
El estudio ICOR fue coordinado por el Dr. Josep Comín Colet en colaboración con el Institut Català de la Salut, la Fundación Gol de Investigación en Atención Primaria y el Institut Hospital del Mar d´Investigacions Mèdiques (IMIM).
El subanálisis del ensayo clínico incluyó a 116 pacientes elegidos al azar con dos subtipos de insuficiencia cardiaca: 27 personas con fracción de eyección intermedia (HFmrEF) y 89 fracción de eyección preservada (HFpFE), para este grupo que no hay fármacos que hayan demostrado mejorar la tasa de supervivencia. El grupo de control, formado por 66 pacientes, recibió un seguimiento de atención habitual, es decir, el encuentro cara a cara con el médico y el otro grupo, integrado por 50 pacientes, fue atendido mediante telemedicina.
Para calcular los costes se basaron en la asignación del coste total para evaluar los gastos directos de la actividad clínica. De esta manera, el grupo de telemedicina experimentó una significativa disminución neta media en los costes directos de 3.170 euros por paciente por cada 6 eses de seguimiento. Esta reducción estaba impulsada principalmente por la dismunicón relativa del 55% en el gasto asociado a las rehospitalizaciones.
"La insuficiencia cardiaca es un problema de salud global, una pandemia en crecimiento porque cada año aumenta el número de casos de IC, fundamentalmente entre las personas mayores de 65 años y aunque el manejo de estos pacientes desde unidades multidisciplinares, con apoyo de enfermería y con mucha educación sanitaria, aumenta la supervivencia, este subestudio demuestra que añadiéndole una plataforma de telemedicina se reduce el número de ingresos con un menor coste para el sistema sanitario", explica el Dr. Santiago Jiménez del Hospital Universitario de Bellvitge y uno de los autores del este subanálisis.
La telemedicina aplicada a la atención de pacientes con insuficiencia cardíaca consiste en la realización de visitas médicas a través de videoconferencias, conjuntamente con la monitorización a distancia de diferentes variables. Además de recoger datos de forma periódica de la presión arterial y la frecuencia cardíaca, así como el peso del paciente diariamente, debido a que justamente estas variaciones en el peso por la acumulación de líquidos ayudan a conocer al médico si hay una descompensación ajustando de esta forma la medicación (diuréticos) para eliminar el exceso de líquidos.
El programa de asistencia sanitaria a distancia incluyó a pacientes, con una edad media de 77 años, que habían ingresado por un episodio de descompensación por insuficiencia cardiaca y su seguimiento se prolongó durante seis meses "que es la época de mayor riesgo de reingreso, después del alta hospitalaria", añade el Dr. Jiménez.
Este sistema de telemonitorización es muy ventajoso ya que muchos pacientes "son muy mayores y el hecho de desplazarse hasta el hospital es un problema para ellos o para la familia con todo lo que conlleva el transporte, ya sea un taxi o una ambulancia, en el caso de que sea necesario. Y darles esta posibilidad, ahorra costes", concluye el especialista.