Estudios recientes llevados a cabo por psiquiatras norteamericanos han demostrado que el 34 % de los diagnósticos de TDAH (Trastorno de Atención e Hiperactividad) son incorrectos. Como destaca el neurólogo Diego García- Borreguero, esta situación de sobrediagnóstico se debe a que "los sistemas actuales para diagnosticar el TDAH se basan ...
Estudios recientes llevados a cabo por psiquiatras norteamericanos han demostrado que el 34 % de los diagnósticos de TDAH (Trastorno de Atención e Hiperactividad) son incorrectos. Como destaca el neurólogo Diego García- Borreguero, esta situación de sobrediagnóstico se debe a que "los sistemas actuales para diagnosticar el TDAH se basan exclusivamente en la historia clínica aportada por los padres, familiares y educadores, así como en la evaluación del mismo paciente, lo que lleva siempre asociado un cierto grado de subjetividad, tanto por parte de los informantes como de los evaluadores".
Según el Dr. García-Borreguero esto hace que exista un alto grado de falsos positivos (casos que son diagnosticados de TDAH sin realmente serlo) y que el TDAH pueda confundirse con conductas que hasta cierto punto son normales en la infancia como la impulsividad o la inatención, o con otras patologías como alteraciones en el desarrollo del lenguaje y del aprendizaje, dislexia, dispraxia, trastornos de ansiedad, cuadros obsesivo-compulsivos, depresión, e incluso psicosis. También puede confundirse con trastornos del sueño, cuadros epilépticos, Síndrome de Tourette, alteraciones tiroideas o efectos secundarios de fármacos.
En muchos casos, por ejemplo, se toman por indicativos de TDAH patrones de conducta que se deben sencillamente a un menor grado de desarrollo psicomotor del niño. Son bien conocidos, por ejemplo, los estudios que demuestran cómo, dentro de una misma clase escolar, la probabilidad de ser diagnósticado de TDAH es mayor en aquellos niños más jóvenes, dado que su cumpleaños cae en las fechas inmediatamente posteriores a la fecha límite para la escolarización.
Para reducir este elevado porcentaje de falsos positivos, el Instituto de Investigaciones del Sueño (IIR) de Madrid ha desarrollado un nuevo sistema que, además de la valoración clínica habitual, incluye la realización de un electroencefalograma cuantitativo (qEEC), que mide el Índice de Disfunción Cerebral mediante el uso de biomarcadores y aporta datos objetivos que permiten al médico confirmar o descartar en el 90 % de los casos si el niño padece realmente TDAH.
La prueba, que se realiza a los niños ya diagnosticados clínicamente con TDAH, dura entre 20 y 30 minutos y consiste en la aplicación de diversos electrodos en la cabeza. Se basa en un cálculo cuantitativo en el electroencefalograma (EEG).
El IIS es el primer centro médico europeo que desarrolla e implanta un sistema de este tipo.
Tal como destaca el Dr. García Borreguero, director médico del IIS, "un diagnóstico correcto es fundamental, sobre todo porque en los tratamientos de TDAH se utilizan psicofármacos cuyo uso puede estar justificado en esta patología, pero que administrados a niños sanos o con otras patologías pueden ser peligrosos, más cuando a esta edad el tejido cerebral se encuentra en plena fase de desarrollo".
El TDAH y el sueño: íntimamente ligados
Los trastornos del sueño están directamente relacionados con el TDHA. De hecho, la probabilidad de que un niño diagnosticado con esta patología sufra un problema de sueño es 2-3 veces mayor que la de los niños sin este diagnóstico. Como explica el director del IIS, "el 30 % de los niños con TDAH padecen simultáneamente apnea del sueño y el 44 % Síndrome de Piernas Inquietas; éstos y otros trastornos del sueño pasan con frecuencia desapercibidos al clínico. Sin embargo, su existencia agrava la severidad del TDAH y exacerba sus síntomas". Por otra parte, niños sin TDAH pero con problemas para dormir pueden presentar durante el día síntomas que se asemejan mucho a los de esta enfermedad.