Cuántas veces hemos sentido cierta envidia sana hacia aquellas personas que, en igualdad de condiciones y llevando los mismos hábitos de vida que nosotros, comen el doble y no engordan en la misma proporción. ¿Por qué sucede esto? En gran parte la respuesta proviene de tener un metabolismo "privilegiado" que les ayuda a quemar antes el alimento.

¿Qué es el metabolismo?

El metabolismo describe unos procesos químicos que suceden en nuestro interior durante los cuales los nutrientes, que provienen de los alimentos, son sintetizados para dotar al cuerpo de la energía necesaria con la que realiza sus funciones vitales y sostiene la vida. El metabolismo se mide en calorías.

"La energía también se quema cuando estamos en reposo: para respirar, para mantener la temperatura corporal, para impulsar el latido del corazón o para realizar funciones cerebrales básicas" afirma Gonzalo Peñaranda Director General de Aora Health. "Este gasto energético en reposo es el llamado metabolismo basal y equivale al número de calorías que el cuerpo necesita para mantenerse vivo si estuviera todo el día sin moverse. En concreto supone entre el 50-70% del total de las calorías quemadas en un día y nos viene dado de manera genética".

Por eso, hay metabolismos de por sí más lentos, que tardan en asimilar más las calorías y quemarlas, mientras que otros son de naturaleza más acelerada y consumen en menos tiempo las calorías ingeridas. El gasto energético diario restante, que puede llegar a significar entre el 50-30% del total, se corresponde con el metabolismo energético. Y engloba las actividades físicas cotidianas y el ejercicio físico, variable clave sobre la que podemos tener más control.

¿Se puede acelerar el metabolismo basal?

"Para poder controlar el peso y también tener la energía suficiente para el día a día, es importante conocer nuestros requerimientos calóricos, que son específicos para cada persona" según Gonzalo Peñaranda. La media de calorías requerida está determinada por el peso, por la complexión, la edad y la actividad habitual. Además, aunque estas características sean las mismas, ningún metabolismo es igual.

Independientemente de utilizar el ejercicio físico, hay una serie de factores que influyen sobre la posibilidad de acelerar o no el metabolismo:

1-La genética: resulta ser el factor fundamental y determinante en el funcionamiento del metabolismo, ya que, como decíamos, algunas personas de manera natural tienen un metabolismo más acelerado que otras y les resulta más fácil la quema de calorías.

2-La edad: después de los 40 años el metabolismo tiene a relajarse, ralentizándose en torno a un 5% anual. Se puede decir que cada vez va más lento y cuesta más "ayudarlo" a quemar calorías.

3-El sexo: Los hombres suelen o tienden a quemar más calorías que las mujeres.

4- La composición del cuerpo: por ejemplo, si se tiene más músculo se queman más calorías en reposo. Esto resulta evidente, ya que, para mantener una complexión más potente necesitamos más ingesta de calorías, que a su vez también las gastamos.

5- La actividad: no sólo la actividad física intensa, si no que cuanto más se mueva una persona más probabilidades tiene de acelerar su metabolismo. Es aconsejable por ello, andar en vez de coger el coche, subir escaleras en vez de coger el ascensor…

6- El entorno: Aquí podríamos hablar de la temperatura: las temperaturas extremas también pueden influir en la tasa de metabolismo. Los atletas en invierno queman más calorías realizando sus ejercicios con bajas temperaturas.

Cálculo de las necesidades calóricas diarias

"Existen multitud de calculadoras de las calorías necesarias al día en internet, pero hay que tener cuidado porque no analizan todas las variables que determinan tu metabolismo. Algunas sólo tienen en cuenta tu peso en kilogramos, con lo que sólo están midiendo de manera orientativa las necesidades de calorías que necesitas en reposo" afirma Peñaranda.

La OMS establece el siguiente aporte calórico general:

Para los hombres de constitución media: De 2.000 a 2.500 kcal/día

Para las mujeres de constitución media: De 1.500 a 2.000 kcal/día

Sin embargo, estas necesidades disminuyen a medida que cumplimos años. En los hombres de 65 años pasan a ser de 1.900 a 2.100 kcal/día mientras que en las mujeres mayores de 65 años de 1.500 a 1.700 kcal/ día.