Las previsiones del Grupo Oncológico para el Tratamiento y Estudio de los Linfomas (GOTEL), procedentes de Globocan, incrementan la mortalidad en Linfoma de Hodgkin y Linfoma No Hodgkin casi un 30% para el año 2030. Su presidente, el doctor Mariano Provencio, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Puerta ...
Las previsiones del Grupo Oncológico para el Tratamiento y Estudio de los Linfomas (GOTEL), procedentes de Globocan, incrementan la mortalidad en Linfoma de Hodgkin y Linfoma No Hodgkin casi un 30% para el año 2030. Su presidente, el doctor Mariano Provencio, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Puerta de Hierro de Madrid, ha querido concienciar y alertar de esta tendencia al alza, con motivo de la celebración del 15º Aniversario del grupo científico, y ha solicitado que "se tengan más en cuenta a los linfomas" desde todos los ámbitos, puesto que es una enfermedad que no solo producirá más muertes, sino que también crecerá en incidencia.
"Cada año se diagnostican en España más de 7.500 casos de linfoma y las previsiones para 2030 es que superemos los 9.000. Se trata de una enfermedad con altas tasas de supervivencia, pero debemos seguir investigando para frenar su mortalidad que irá aumentando con los años", ha afirmado. Y es que la mayor esperanza de vida y el envejecimiento harán que los casos de linfoma No Hodgkin aumenten un 34% en mayores de 65 años en los próximos 15 años y, en paralelo, su mortalidad. Por su parte, los linfomas de Hodgkin crecerán a un ritmo menor, tanto en incidencia como en mortalidad.
Los linfomas son el sexto tumor en frecuencia en mujeres y el séptimo en hombres en nuestro país. Los dos tipos más comunes de linfoma son los Hodgkin y los No Hodgkin. Los primeros afectan principalmente a jóvenes de 15 a 35 años y tienen una tasa de curación más alta, con más de 80% de supervivencia a 5 años. Los No Hodgkin (donde se incluyen más de 20 tipos de cáncer) son, dependiendo del subtipo, agresivos o indolentes, y afectan principalmente a población mayor, en muchos casos que padecen enfermedades del sistema inmune, infecciones o que han sido tratados con quimioterapia o radioterapia.
Estas previsiones llevan a que los expertos de GOTEL vuelvan a demandar mayor atención por este tipo de tumor. De hecho, solo un 6% de los pacientes con linfoma son atendidos por un oncólogo especializado en las primeras fases del diagnóstico, según datos de Lymphoma Coalition, y otro 7% es visto por un oncólogo no especializado. "Necesitamos contar con una formación específica y apostar por el reciclaje de conocimientos. También más oncólogos que se interesen, investiguen y se dediquen a tratar esta patología, así como la creación de unidades específicas dentro de los hospitales que permitan un trabajo multidisciplinar y un mejor abordaje en el diagnóstico y el tratamiento", ha indicado el presidente de GOTEL. Y es que, tal y como señala el doctor Provencio, "el estudio del linfoma es muy complejo, lo que no anima a los especialistas a dedicarse a ello".
Durante 2018 desde GOTEL se han propuesto realizar acciones para acercarse a los futuros médicos y trasladarles su preocupación por el aumento de la incidencia y la mortalidad de esta enfermedad y animarlos a dedicarse a su investigación y asistencia. "Hay grupos cooperativos asentados con participación en ensayos clínicos internacionales y nacionales de relevancia, tanto en Hodgkin y No Hodgkin. En GOTEL hemos incorporado a jóvenes oncólogos y esperamos seguir sumando muchos más a este necesario proyecto", ha apuntado.
El síntoma más habitual del cáncer linfático es la aparición de un bulto que no suele ser doloroso. Algunos pacientes pueden presentar fiebre, sudoración, pérdida de peso o picor y manchas en la piel. Todos esos síntomas, en ocasiones, se confunden con una infección retrasando el diagnóstico. Por ello, desde GOTEL se ha puesto en marcha una campaña de sensibilización para informar a la sociedad sobre los síntomas y signos de alarma y concienciar sobre la necesidad de acudir al especialista en caso de sospecha.
Junto a este trabajo de concienciación, el principal reto al que se enfrentan los investigadores de GOTEL es a la identificación de quién va a responder al tratamiento y a quién se le podría evitar el exponerse a toxicidades innecesarias, aspecto en el que se encuentran trabajando en la actualidad a través de la identificación de biomarcadores y el uso de fármacos dirigidos.