Investigadores de la Universidad de Columbia han descubierto que la obesidad potencia la producción hepática de la dipeptidil-peptidasa 4 (DPP4) en ratones, un enzima que viaja hasta la grasa abdominal, donde induce inflamación. En los experimentos ésta pudo ser atenuada inhibiendo la producción de DPP4 en el hígado. Aunque los ...
Investigadores de la Universidad de Columbia han descubierto que la obesidad potencia la producción hepática de la dipeptidil-peptidasa 4 (DPP4) en ratones, un enzima que viaja hasta la grasa abdominal, donde induce inflamación. En los experimentos ésta pudo ser atenuada inhibiendo la producción de DPP4 en el hígado. Aunque los ratones no perdieron peso, su resistencia la insulina mejoró, según se reporta la revista Nature.
El inhibidor de DPP4 utilizado, conocido como sitagliptina, reduce la inactivación de las incretiinas GLP-1 y GIP, involucradas en la homeostasis de la glucosa. Ira Tabas, director del estudio, afirma que el desarrollo de terapias que inhiban la producción de DPP4 en el hígado podría ser una poderosa alternativa parar tratar la diabetes inducida por obesidad. Los fármacos de la familia de la sitagliptina actualmente en el mercado actúan a nivel del intestino, no del hígado, prosigue el investigador. Sin embargo, podrían ser redirigidos a esta localización mediante un empacado en nanopartículas.
Otra alternativa sería el uso de ARNs pequeños de interferencia (siRNA), o fragmento de un ácido nucleico con la capacidad de silenciar la expresión de un gen dado. Estos siRNA podrían ser vehiculizados al hígado mediante azúcares que presentan afinidad por este órgano, concluye Tabas.