Por primera vez, es posible estudiar simultáneamente el proceso de agregación y el de neurotoxicidad en la enfermedad de Alzheimer (EA).
Aunque la proteína beta amiloide está fuertemente asociada a la EA, hasta la fecha no se había conseguido establecer una relación causal entre ambas. Esto es debido, por un lado, a que solamente las fibrillas de beta amiloide son tóxicas y, por otro, a que el número de oligómeros que ...
Aunque la proteína beta amiloide está fuertemente asociada a la EA, hasta la fecha no se había conseguido establecer una relación causal entre ambas. Esto es debido, por un lado, a que solamente las fibrillas de beta amiloide son tóxicas y, por otro, a que el número de oligómeros que las componen es extremadamente variable, sin que se haya podido determinar qué composición constituye una potencial diana terapéutica.
“Determinar el patrón estructural responsable de la muerte neuronal es una labor extremadamente compleja y, al mismo tiempo, un asunto crucial para confirmar o refutar el involucramiento de la beta amiloide en la patogénesis de la enfermedad”, comenta Natàlia Carulla, científica del Instituto de Investigación Biomédica e investigadora principal del estudio publicado en la revista ACS Chemical Biology, en el que también han participado la Universidad de Barcelona. En él, los autores describen una técnica que permite distinguir los diferentes tipos de agregados amiloides y evaluar su grado de neurotoxicidad.
La nueva técnica, aplicada en cultivos de neuronas de hipocampo de ratón, muestra que ni los agregados pequeños ni los grandes, de hasta 3,000 oligómeros, causan toxicidad. Sólo los de tamaño intermedio indujeron muerte celular, afectando ésta al 60% de las neuronas del cultivo. La toxicidad ocurre solamente cuando los agregados alcanzan un cierto grado de estructura, observación que constituye un paso decisivo en dirección a la consecución de una potencial terapia para una enfermedad que, por el momento, sigue sin tener tratamiento.