Grünenthal Pharma patrocina la mesa “Gestión integral del dolor desde una visión asistencial. Best practices en España”.
El dolor quintuplica el consumo de recursos sanitarios y supone una carga asistencial elevada en la gestión sanitaria, lo que conlleva una precisa coordinación entre administración y distintas especialidades médicas. Esta es una de las conclusiones detalladas por los profesionales reunidos en la mesa “Gestión integral del dolor desde una ...
El dolor quintuplica el consumo de recursos sanitarios y supone una carga asistencial elevada en la gestión sanitaria, lo que conlleva una precisa coordinación entre administración y distintas especialidades médicas. Esta es una de las conclusiones detalladas por los profesionales reunidos en la mesa “Gestión integral del dolor desde una visión asistencial. Best practices en España”, patrocinada por Grünenthal Pharma, dentro del XXXII Congreso de la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA). Así, el subdirector de Calidad del Servicio Madrileño de Salud, Alberto Pardo, explicó que “la atención del dolor es necesario abordarla desde una perspectiva que permita la mejora continua de su calidad. Para ello, es clave estandarizar las prácticas clínicas más seguras y efectivas, realizar una seguimiento y valoración sistemática del dolor mediante escalas, y establecer indicadores y estándares que evalúen periódicamente los procesos y resultados”. Según los expertos, diferentes organismos, tanto nacionales como internacionales, están comprometidos y sensibilizados con la importancia de una gestión integral de esta enfermedad. “Tenemos que tener en cuenta la importancia de la formación de profesionales y población general sobre dolor, la coordinación de la atención sanitaria, el establecimiento de programas de mejora de la calidad y la promoción de la investigación en esta materia”, comentó el subdirector de Calidad.
En este sentido, el “Hospital sin dolor” es uno de los modelos de gestión ya implantados en España que promueve la atención del dolor de manera integral, sensibilizando tanto a la población como a los profesionales sanitarios. “El trabajo que desempeñan estos profesionales reside en administrar los fármacos, así como incluir la evaluación del bienestar físico y psicológico del paciente, una valoración de la respuesta al tratamiento y el control de técnicas no farmacológicas que favorezcan el alivio del dolor, entre ellas, la comunicación, la empatía, o la educación sanitaria”, apunta Pardo. En los últimos años se han incluido entre los objetivos institucionales la valoración del dolor mediante escalas en los servicios asistenciales, la puesta en marcha de líneas de actuación encaminadas a la atención integrada del dolor tanto agudo como crónico y la constitución de comités de atención al dolor en los centros.