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Nuevo avance en la creación de vasos sanguíneos artificiales

Una combinación de microimpresión y electrohilatura produce injertos vasculares óptimos para promover el crecimiento celular.

10/02/2015

Los injertos vasculares se utilizan en el bypass coronario y otros tipos de cirugía para redirigir de manera permanente el flujo sanguíneo cuando existe obstrucción o daño en las arterias. Los injertos tradicionales se basan en el tejido vascular preexistente del paciente o del obtenido de donantes, lo cual supone ...

Los injertos vasculares se utilizan en el bypass coronario y otros tipos de cirugía para redirigir de manera permanente el flujo sanguíneo cuando existe obstrucción o daño en las arterias. Los injertos tradicionales se basan en el tejido vascular preexistente del paciente o del obtenido de donantes, lo cual supone una importante limitación, tanto en términos de disponibilidad como de calidad del tejido. De ahí el interés en desarrollar injertos sintéticos que permitan el crecimiento celular y luego se degraden. Científicos del Centro de Ingeniería de Manufacturación Rápida de la Universidad de Shanghai han creado un nuevo implante vascular que presenta una diferencia clave con respecto a los injertos hasta ahora utilizados; se compone de 3 capas en lugar de 2. Esta diferencia, junto con el método de manufacturación, permite utilizar materiales separados y con diferentes propiedades físicas que proporcionan el sustrato ideal para la angiogénesis.

El director del equipo responsable de la invención, Yuanyuan Liu, ya había diseñado previamente estructuras similares para la reconstrucción del hueso, aplicando ahora estos conocimientos a las enfermedades cardiovasculares. El proceso de fabricación del nuevo injerto comprende un paso de electrohilatura por el que una carga eléctrica extrae quitosán de un solvente orgánico y lo ordenar en fibras increíblemente finas. Éstas ofrecen una enorme relación superficie / volumen y son, por tanto, ideales para albergar células. La adición de una tercera capa se ha conseguido mediante la microimpresión de una capa intermedia de poli-p-dioxanona, un polímero biodegradable comúnmente utilizado en aplicaciones biomédicas. Todos los componentes se degradan en un plazo que oscila entre 6 meses y un año, dejando tras de sí un vaso nuevo e intacto. Los nuevos implantes serán ahora testados en modelos preclínicos. 

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