La hemodiálisis domiciliaria facilita la vida social y laboral de los enfermos renales crónicos, reduciendo su dependencia del centro de salud.
Se estima que en España cerca de 50.000 personas tienen enfermedad renal crónica, una patología que se produce cuando los riñones no son capaces de filtrar adecuadamente las toxinas y otras sustancias de desecho de la sangre. La mitad de dichos pacientes están trasplantados, pero el resto deben someterse a ...
Se estima que en España cerca de 50.000 personas tienen enfermedad renal crónica, una patología que se produce cuando los riñones no son capaces de filtrar adecuadamente las toxinas y otras sustancias de desecho de la sangre. La mitad de dichos pacientes están trasplantados, pero el resto deben someterse a tratamientos de diálisis, que en la mayoría de los casos se realizan en hospitales y centros de salud. Conectarse a una máquina que elimine las toxinas de la sangre forma parte de la rutina cotidiana de los enfermos renales crónicos, con importantes limitaciones tanto en su salud como en su vida social y laboral.
Para estos pacientes ya está disponible NxStage System ONE, el primer dispositivo de hemodiálisis transportable, que les permite dializarse en su propio domicilio o en cualquier otro lugar en el momento que deseen. Hasta la actualidad, la hemodiálisis domiciliaria era posible solo con máquinas hospitalarias de grandes dimensiones que requerían de unas instalaciones y preparaciones desmesuradas. NxStage es un nuevo sistema que por su peso y tamaño permite no solo una instalación más sencilla en casa sino también la posibilidad de transportarlo.
Este dispositivo hace posible que los pacientes renales crónicos se dialicen de forma diaria en un entorno domiciliario y, por consiguiente, con sesiones de menor duración. Los usuarios de este sistema sólo deben preparar el equipo unos minutos antes de dializarse y, una vez concluida la sesión del tratamiento, el paciente anota su peso y su tensión arterial, al igual que lo haría el personal sanitario en una sesión hospitalaria.
El tratamiento dura entre 2 y 3 horas por sesión, dependiendo de la pauta establecida por el nefrólogo. No obstante, se establece un acuerdo entre dicha pauta y el compromiso de cumplimiento por parte del paciente. Además, todos los pacientes reciben una formación por parte de enfermeros especializados y disponen de un número de atención telefónica 24 horas para atender a todas sus dudas.