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Anuncian el advenimiento de una nueva tecnología que potenciará la terapia dirigida en el cáncer

Las degronimidas, o fármacos que inducen la degradación de proteínas clave en el tumor, podrían cambiar la manera en la que se trata la enfermedad.

01/06/2015

Se trata de una innovadora y sofisticada forma de tratar el cáncer, según indica James Bradner, director del equipo científico del Dana-Farber Cancer Institute responsable del descubrimiento. En lugar de adoptar el enfoque convencional, basado en la inhibición de proteínas involucradas en el metabolismo del tumor, la nueva estrategia consiste ...

Se trata de una innovadora y sofisticada forma de tratar el cáncer, según indica James Bradner, director del equipo científico del Dana-Farber Cancer Institute responsable del descubrimiento. En lugar de adoptar el enfoque convencional, basado en la inhibición de proteínas involucradas en el metabolismo del tumor, la nueva estrategia consiste en marcarlas para que sean degradadas por el propio sistema de reciclado de la célula. De ahí que haya sido acuñado el término “degronimida” para esta nueva clase de fármacos.

El componente básico de las degronimidas es la proteasa endógena cereblon, un enzima que forma parte del complejo de ubiquitinación y que es bien conocido en oncología. Los científicos crearon una molécula adaptadora (dBET1) a partir de phtalimida, un análogo sintético de la talidomida, con un área de unión a cereblon y conjugada con un fármaco inhibidor de la proteína BRD4, la cual orquesta la expresión de los genes necesarios para el crecimiento tumoral. La potencia, selectividad y rapidez del direccionamiento a BRD4 no tiene precedentes en la aplicación clínica de la degradación de proteínas, asevera Bradner. La afirmación se basa en que dBET1 degrada exclusivamente las 3 proteínas a las que va dirigida (BRD2, 3 y 4), sin efecto alguno sobre el resto de proteínas tumorales.

Tradicionalmente, los fármacos de molécula pequeña dirigidos a proteínas de dominio múltiple sólo inhiben uno de ellos, lo que permite a las células cancerosas explotar vías de señalización alternativas para sobrevivir. En contraste, la nueva tecnología destruye de manera permanente la totalidad de la proteína responsable.

En experimentos preclínicos, dBET1 ha mostrado signos de eficacia en células leucémicas, con pocos efectos adversos observables. 

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