Las partículas de menos de 2,5 micras que emiten los vehículos afectan de forma negativa a la bronquiolitis, neumonía, asma y bronquitis infantil.
En los últimos años las denominadas partículas PM2,5, llamadas así por su diámetro inferior a las 2,5 micras, se han convertido en uno de los mejores indicadores de la contaminación urbana por su origen antropogénico –las emiten sobre todo los vehículos diésel– y sus efectos nocivos para la salud, agudizados ...
En los últimos años las denominadas partículas PM2,5, llamadas así por su diámetro inferior a las 2,5 micras, se han convertido en uno de los mejores indicadores de la contaminación urbana por su origen antropogénico –las emiten sobre todo los vehículos diésel– y sus efectos nocivos para la salud, agudizados por su facilidad para entrar en las vías respiratorias. En grandes ciudades como Madrid ya existen estudios que correlacionan concentraciones altas de PM2,5 con un aumento de los ingresos hospitalarios. Ahora, investigadores de la Universidad de Sevilla lo confirman en la capital andaluza para el caso de las afecciones respiratorias infantiles.
Los científicos revisaron las medidas de estas diminutas partículas registradas entre 2007 y 2011 en el aire de la ciudad, junto a los cerca de 2.130 ingresos hospitalarios no programados de niños de entre 0 y 14 años, con afecciones respiratorias durante el mismo periodo. Después, con modelos matemáticos relacionaron los datos. Los resultados se publicaron en el Journal of the Air & Waste Management Association y muestran que las concentraciones elevadas de PM2,5 tienen efectos negativos sobre la bronquiolitis, neumonía, asma y