Este miércoles, día 9 de septiembre, se ha convocado el Día Mundial del Síndrome Alcohólico Fetal.
Beber alcohol durante el embarazo puede causar daño cerebral, lo que lleva a una serie de problemas de desarrollo, cognitivos y conductuales que pueden aparecer en cualquier momento durante la infancia y que se muestran gravemente en el bebé. Sin embargo, Francisco Pascual, vicepresidente de la sociedad científica SOCIDROGALCOHOL, ha ...
Beber alcohol durante el embarazo puede causar daño cerebral, lo que lleva a una serie de problemas de desarrollo, cognitivos y conductuales que pueden aparecer en cualquier momento durante la infancia y que se muestran gravemente en el bebé. Sin embargo, Francisco Pascual, vicepresidente de la sociedad científica SOCIDROGALCOHOL, ha señalado que “una investigación publicada recientemente en la revista Adicciones ha puesto de manifiesto que aún existen elevados porcentajes de consumo de alcohol por las gestantes”, aun cuando la recomendación es consumo cero.
En este sentido, los daños graves pueden causar, entre otros, malformaciones del bebé y eventual muerte del feto, así como alteraciones en el comportamiento del niño con dificultades en la adaptación a la escuela o a la familia. Asimismo, la investigación “Exposición a tabaco, alcohol y drogas de abuso en gestantes. Estudio de prevalencia en gestantes de Málaga (España)”, de Marta Blasco-Alonso, Ernesto González-Mesa y otros autores, revela que el 40,7% de las mujeres toma alcohol el primer trimestre del embarazo, mientras que el 17,1% sigue tomando alcohol los tres últimos meses.
Así como que tener mayor nivel educativo se asocia a mayor consumo de alcohol en la gestación y menor consumo de tabaco. En este sentido, las evidencias indican que el alcohol afecta, principalmente, al desarrollo del cerebro. A su vez, entre los principales perjuicios ocasionados al bebé destacan las anomalías faciales características, anomalías del desarrollo del sistema nervioso central, trastorno del neurodesarrollo relacionado con el alcohol (ARND), o defectos de nacimiento relacionados con el alcohol (ARBD), entre otros.
Cabe destaca que los trastornos del espectro alcohólico fetal (Fetal Alcohol Spectrum Disorders, FASD o TEAF) es el término general para los diferentes diagnósticos que incluyen el síndrome de alcoholismo fetal (SAF), síndrome de alcohol fetal parcial, trastorno del neurodesarrollo relacionado con el alcohol y defectos de nacimiento relacionados con el alcohol. Sin embargo, el FASD es más común de lo que consideran los investigadores, según indicó George F. Koob, director del Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo, en una conferencia celebrada el pasado abril. De hecho, una nueva investigación muestra que el trastorno afecta entre 2,4% y 4,8% de los niños estadounidenses. Igualmente, según algunos análisis, como el “Epidemiology of FASD in a province in Italy: prevalence and characteristics of children in a random sample of schools”, destaca que la prevalencia de SAF (FAS) llega del 3,7 al 7,4 de cada 1.000 niños en algunas zonas, cifras muy elevadas hasta la fecha en Europa Occidental.