Los resultados permitirán poder diseñar tratamientos farmacológicos personalizados para reducir los efectos adversos de estos tratamientos, como puede ser la alteración de la función renal y contribuir a disminuir las posibilidades de rechazo del órgano trasplantado.
El grupo de Investigación de Farmacogenética del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS-La Fe) junto con la Unidad de Insuficiencia Cardíaca y Trasplante de Corazón, ha desarrollado un estudio en el que identifican variantes genéticas que pueden contribuir a identificar pacientes trasplantados de corazón que puedan presentar riesgos incrementados ...
El grupo de Investigación de Farmacogenética del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS-La Fe) junto con la Unidad de Insuficiencia Cardíaca y Trasplante de Corazón, ha desarrollado un estudio en el que identifican variantes genéticas que pueden contribuir a identificar pacientes trasplantados de corazón que puedan presentar riesgos incrementados al tratamiento inmunosupresor.
Como señala el Dr. José Luis Poveda, director del Área del Medicamento del Hospital La Fe, los resultados permitirán poder diseñar tratamientos farmacológicos personalizados para reducir los efectos adversos de estos tratamientos, como puede ser la alteración de la función renal y contribuir a disminuir las posibilidades de rechazo del órgano trasplantado.
Concretamente, se ha analizado un panel de poliformismos genéticos de tipo SNP (Single Nucleotide Polymorphysms), diseñado para el estudio de los principales fármacos inmunosupresores que se utilizan en el trasplante de órganos:ciclosporina y tacrólimus. Con este trabajo se ha determinado cómo la presencia de diferentes polimorfismos SNP pueden influenciar el desarrollo de complicaciones clínicas en el primer año posterior al trasplante de corazón.
En el estudio fueron incluidos 60 pacientes trasplantados en el Hospital La Fe entre 2008 y 2010, a los que se analizó la evolución en el primer año posterior al trasplante, centrándose en el posible rechazo del órgano, y en la presencia o ausencia de infecciones o disfunciones renales.
De estos 60 pacientes, 36 fueron tratados con ciclosporina y 24 con tacrólimus. En el estudio no se observaron diferencias entre los pacientes tratados con cada uno de estos fármacos. Pasado el primer año al trasplante, un 63% de pacientes había experimentado algún episodio de rechazo al Trasplante, un 47% habían padecido alguna infección y un 22% habían tenido algún tipo de disfunción renal. Por lo que respecta a las infecciones más graves y a las disfunciones renales, los investigadores detectaron cómo genes concretos, relacionados con los fármacos estudiados, eran determinantes en la probabilidad de desarrollar estas complicaciones.
Respecto al posible rechazo del órgano, se detectó una tendencia mayor a sufrir un rechazo al trasplante en aquellos pacientes con una variante genética concreta. El estudio ha sido publicado en la revista Pharmacogenomics.