Se estima que 46,8 millones de personas en el mundo viven con demencia, la forma más común de la enfermedad de Alzheimer. Un nuevo estudio descubre una posible solución a los efectos secundarios de la terapia.
La inmunoterapia es una estrategia prometedora para el tratamiento del Alzheimer. Utiliza anticuerpos para estimular el sistema inmunitario a destruir piezas de una proteína llamada b-amiloide que se acumula en el cerebro y es considerada como el factor principal de los efectos neurodegenerativos del Alzheimer. Los anticuerpos dirigidos contra la b-amiloide (foto, ...
La inmunoterapia es una estrategia prometedora para el tratamiento del Alzheimer. Utiliza anticuerpos para estimular el sistema inmunitario a destruir piezas de una proteína llamada b-amiloide que se acumula en el cerebro y es considerada como el factor principal de los efectos neurodegenerativos del Alzheimer.
Los anticuerpos dirigidos contra la b-amiloide (foto, Uni. Southampton) han mostrado ser eficaces pero, los ensayos clínicos que utilizaron estos anticuerpos provocaron efectos adversos inflamatorios en el cerebro de los pacientes con Alzheimer, los cual puede causar hemorragias pequeñas y tumefacción cerebral grave.
El equipo de investigación, dirigido por la doctora Jessica Teeling, diseñó 3 anticuerpos para cambiar la manera cómo se administran las células en el sistema inmunitario. Encontraron que unos cambios pequeños pero específicos en los anticuerpos anti-amiloides podían preservar la actividad inmunoterapéutica sin provocar inflamación.
“En los hospitales constantemente se introducen nuevos anticuerpos para la enfermedad del Alzheimer, por lo tanto, es importante aprender todo lo que podamos de investigaciones con estas intervenciones pioneras y utilizar la tecnología de anticuerpos para optimizar sus efectos”, concluye Teeling.