En el presente artículo analizaremos cómo se organizan en materia de sanidad Francia, Italia y Reino Unido. Con muchos puntos de unión pero con algunas diferencias, los sistemas sanitarios europeos se ven forzados ahora a renovarse para poder sobrevivir a los cambios evidentes de la nueva sociedad.
*Tercera parte del artículo sobre la Sanidad en Europa, tras el bloque del envejecimiento como gran reto europeo y el análisis de las características principales de los sistemas de salud de siete países europeos: Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, Países Bajos, Suecia y España. En 2050 el 37% de la población europea ...
*Tercera parte del artículo sobre la Sanidad en Europa, tras el bloque del envejecimiento como gran reto europeo y el análisis de las características principales de los sistemas de salud de siete países europeos: Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, Países Bajos, Suecia y España.
En 2050 el 37% de la población europea sobrepasará los 60 años. Un dato contundente que está empujando a los gobernantes de los países europeos a tomar decisiones para continuar garantizando una sanidad universal, de calidad y lo más eficiente posible.
Precisamente, en la primera parte de este estudio, veíamos como el envejecimiento y el consecuente aumento de las enfermedades crónicas supone el mayor reto para los gobiernos europeos. La sanidad en Francia utiliza el modelo Bismarck, con un presupuesto sanitario organizado a través de cajas de seguro de enfermedad de los trabajadores asalariados. Un 75% del financiamiento público proviene de los ingresos e impuestos fiscales.
Asimismo, el sistema sanitario también se sustenta por otras fuentes de financiación como la Contribución Social Generalizada (CSG) que se aplica a todos los ingresos, los impuestos y tasas (sobre el capital, productos de inversión, tabaco, alcohol, juego….) y las transferencias de organismos como el fondo de Solidaridad de Vejez o el Fondo Nacional de Solidaridad para la Autonomía y otros productos. La industria farmacéutica también contribuye a través de un impuesto del 1% sobre sus beneficios y tasas por publicidad.
La gran mayoría de servicios se ofrecen mediante médicos autónomos libres, tanto en hospitales privados como en consultas de centros de atención primaria. El paciente paga directamente por el servicio y luego es reembolsado por el seguro de salud, exceptuando los enfermos crónicos y con bajos recursos. Después recuperan parte del sistema de seguro. Los pacientes pagan además un euro (que se resta del reembolso) por cada visita al médico, prueba de laboratorio y radiografía (hasta un máximo de 4 € al día y 50 € al año y tipo de actividad). En 2008 este pago se extendió a los medicamentos, cuidados auxiliares y trasporte sanitario. Desde 1978, Italia cuenta con un Sistema Nacional de Salud que tiene como objetivo principal ofrecer una cobertura universal y financiación a través de los impuestos.
El servicio sanitario italiano se organiza en tres niveles: gobierno central, gobierno regional y gobierno territorial. El Ministerio de Salud representa el principal órgano gestor y es el encargado de distribuir las funciones, coordinando toda esta cartera. La planificación del Servicio Sanitario Nacional en Italia se concreta con la adopción de un Programa Sanitario Nacional (PSN) elaborado por el Gobierno y propuesto por el Ministerio de Salud. Con una duración trienal, este programa especifica y pone los límites cuantitativos, tipológicos y cualitativos de las varias prestaciones que el SSN tiene que ofrecer para garantizar de una manera uniforme y equitativa entre los varios territorios nacionales. Pero en la planificación sanitaria también las regiones adoptan su propio Plan Sanitario Regional, para conseguir los objetivos y el funcionamiento que garantizan las exigencias específicas de la población regional. De este modo, en Italia, no sólo se considera un único plan de actuación estatal, sino que también existe un plan de política sanitaria regional, que garantiza la participación de las autoridades locales y de las formaciones sociales privadas sin ánimo de lucro, los sindicatos de entes sanitarios públicos y privados y las estructuras privadas acreditados por el servicio sanitario nacional.
El sistema de salud británico, el National Health Service (NHS), es financiado por los impuestos generales nacionales, con un limitado papel de otros seguros. Los cuatro países que integran el Reino Unido funcionan de forma independiente con su propio sistema sanitario de salud. El Departamento de Salud de los cuatro países gestiona su propio presupuesto. En Inglaterra, por ejemplo, se destina un 85% a la Atención Primaria en base a una fórmula ponderada que incluye capitación y resultados de diversos indicadores cumplidos por las organizaciones de AP (152 Primary Care Trusts). Por su parte, las aseguradoras privadas cubren el 12% de la población inglesa. En Reino Unido también existe el copago para los medicamentos extrahospitalares, aunque hay excepciones (niños, personas con bajos ingresos, mayores de 60 años y personas con enfermedades crónicas).
Por último, los proveedores del sistema sanitario, los denominados TRUSTs (hospitales o unidades autogobernadas dentro del NHS dirigidos por un consejo administrativo sin dependencia de otras autoridades de distrito o regionales), compran sus servicios a los hospitales públicos y médicos privados autoempleados. A los médicos de la Atención Primaria se les paga mediante una combinación de salario, capitación y desempeño de servicios. Por su parte, los especialistas de hospital y ambulatorios reciben un salario.(…)
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