Existen ciertas variaciones genéticas que aumentan el riesgo de presentar una concentración baja de vitamina D. Así afirman los resultados de una tesis de doctorado en Dinamarca.
El proyecto evaluó el efecto de la ingesta de alimentos altos en vitamina D o la administración artificial de radiación UVB durante los meses de invierno. El efecto de estos dos aspectos fue mucho menos en personas con una variación genética específica. A lo largo de la vida, la concentración ...
El proyecto evaluó el efecto de la ingesta de alimentos altos en vitamina D o la administración artificial de radiación UVB durante los meses de invierno. El efecto de estos dos aspectos fue mucho menos en personas con una variación genética específica. A lo largo de la vida, la concentración de vitamina D es esencial. Algunos estudios incluso han relacionado la concentración adecuada de vitamina D con un riesgo menos de trastornos autoinmunitarios, inflamatorios o cardiovasculares, incluso el cáncer y la muerte.
Ioanna Nissen, miembro del National Food Institute, estudió la relación entre 25 variaciones genéticas distintas en 7 genes distintos y la concentración de vitamina D tanto a finales de verano y a finales de invierno. También estudió el efecto de la ingesta de alimentos altos en vitamina D o la administración de radiación UVB artificial sobre el estado de la vitamina D en los sujetos del estudio frente a sus genes.
Los resultados mostraron que existen dos genes – CYP2R1 y GC – que tienen un efecto sobre la concentración de vitamina D en la sangre.