El Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (SEN) ha presentado la tercera edición de la “Guía Oficial de la Práctica Clínica de Cefaleas”. El propósito ha sido actualizar los avances fisiopatológicos y terapéuticos de una de las patologías más frecuentes en nuestra población y que genera una gran demanda asistencial. De hecho, la SEN estima que entre un 85-90% de la población ha tenido algún episodio de cefalea en el último año y que supone el principal motivo de consulta ambulatoria, con unas cifras entre 19,3% y el 32% del total.

Así, para la elaboración de la Guía se ha realizado una actualización de la prevalencia y el impacto socioeconómico de los distintos tipos dolor de cabeza. Según los datos, las cifras de prevalencia de la cefalea en los países occidentales oscilarían entre el 73-89% de la población masculina y entre el 92-99% de la población femenina. Si bien, no todos los dolores de cabeza afectan a la población por igual. Dentro de las cefaleas primarias, es decir, cuando el dolor de cabeza es el único o principal síntoma de la enfermedad, la cefalea en tensión sería el tipo de dolor más prevalente, alcanzando a un 66% de la población, seguido de la migraña y de la cefalea por estímulos fríos.

La cefalea por compresión externa, por abuso de medicación, por la tos, por ejercicio físico, asociada a la actividad sexual o la cefalea en racimos serían otros de los tipos más prevalentes de cefaleas primarias. “El estudio también indica que, aunque en los últimos 20 años las cifras de prevalencia de migraña apenas han variado, sí se ha producido un aumento notable en la cefalea tipo tensión frecuente y en la cefalea tipo tensión crónica”, señaló la doctora Patricia Pozo Rosich, coordinadora del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología.

Por lo que respecta a las cefaleas secundarias, que son aquellas en las que el dolor de cabeza es un síntoma de otra enfermedad, destaca la cefalea por resaca, por fiebre,  asociada a alteraciones metabólicas, al ayuno, a alteraciones en la nariz o en los senos, a trauma craneal o a alteraciones oculares. Otra de las conclusiones obtenidas es que las migrañas son el tipo de cefalea que con más frecuencia deviene en abuso de la medicación, y los opiáceos, los barbitúricos, la cafeína y los triptanes, los fármacos que más típicamente y en un menor tiempo favorecen la cronificación de la cefalea. “La presencia de cefalea crónica se asocia a una mayor discapacidad y pérdida de productividad, a un mayor número de consultas médicas, hospitalizaciones y costes económicos. También interfieren en las relaciones familiares y en el ocio, e incluso podría determinar limitaciones en la educación o en el desarrollo profesional”, concluyó la doctora Pozo.