Los contenidos del VII Seminario de la Fundación ECO giran en torno a los retos actuales de la Oncología médica en España. Supervivencia y calidad de vida de los pacientes estuvieron muy presentes en las intervenciones de los ponentes.
Los Seminarios de la Fundación ECO, organizados conjuntamente entre la Fundación por la Excelencia y la Calidad de la Oncología y la Real Academia Nacional de Medicina, son un foro de debate y discusión que pretende identificar aspectos críticos para mejorar la calidad asistencial, docente e investigadora en Oncología en ...
Los Seminarios de la Fundación ECO, organizados conjuntamente entre la Fundación por la Excelencia y la Calidad de la Oncología y la Real Academia Nacional de Medicina, son un foro de debate y discusión que pretende identificar aspectos críticos para mejorar la calidad asistencial, docente e investigadora en Oncología en nuestro país. La VII edición, celebrada este martes, tuvo como protagonistas los retos actuales de la Oncología médica en España. En una primera mesa redonda (moderada por Manuel Constenla, del Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra, y por Alfredo Carrato, del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid), se analizó el papel que juegan los datos del mundo real, las experiencias de éxito y su influencia en los procesos de toma de decisiones.
Andrés García Palomo, del Hospital Universitario de León, señaló que tenemos una falta de claros objetivos cuando abordó si están preparados los servicios de Oncología médica. “La distorsión de la medicina basada en la evidencia es un problema que afecta a los clínicos”, dijo. Aludió a palabras deJulio Mayol, del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, defendiendo que hay que adoptar las TIC y entrar en el mundoBig Data. “El objetivo de la prestación sanitaria es devolver valor para el paciente y que éste lo perciba. Por tanto, lo primero es cambiar la ética de la buena intención. No es suficiente con tener buena intención en las acciones terapéuticas, sino que hay que tener una ética de los resultados. Los resultados son los datos de calidad total. Las variables de proceso y estructura son secundarias. El resultado de lo que hago es lo importante, independientemente de cómo lo hago, siempre y cuando lo haya hecho de una manera ética. Hay que reorganizar el modelo de Atención Sanitaria”, propuso.
A continuación, Xavier Badia, de Omasake consulting, aseguró que la “Real World Data” permite caracterizar la práctica clínica habitual, mucho más que el ensayo clínico. Hizo énfasis en resultados de Salud importantes para los pacientes en la investigación clínica tradicional en Oncología. “Esto es clave. Yo busco que mis pacientes tengan más calidad de vida y más cantidad de vida. Mido la supervivencia y la calidad de vida”, insistió. En ese sentido, el uso y análisis de Bases de Datos y registros de pacientes en Oncología facilitan conocer variables de resultado claves para la toma de decisiones en la gestión y la práctica clínica. Todo ello centrado en vivir más y vivir mejor. “La gestión clínica nos afecta mucho a la práctica clínica”, matizó.Argumentó que la financiación de los productos debe estar basada en datos de la vida real. La base de los riesgos compartidos son estos datos de la Vida Real. “Me interesa que esto funcione tal y como dice el ensayo. Estoy a favor de las condiciones de financiación condicionales para que funcionen. No se puede dejar todo en la aprobación de un producto”, interpretó. “Tenemos problemas con los ‘Real World Data’, como los sistemas de información, que no están conectados. Todo esto va a llevar un tiempo porque se ha parido con compartimientos estancos. Hace falta la determinación del sector público que ha de pasar una serie de barreras”, propuso.A juicio de Antonio Fernández, director de Market Access en Janssen España, están los Datos de la Vida Real (DVR), “Real World Data”, y los Macrodatos (Big Data). “Es importante generar hipótesis de trabajo. La gran ventaja del uso de los Big Data es la generación de hipótesis. Estamos manejando datos de la práctica clínica habitual. Por eso, sirve para probar hipótesis. Muchas personas ven en la desestructuración de los datos en el Big Data un problema”, sostuvo. Planteó que, a la hora de adoptar una innovación farmacológica con financiación pública hay que tener en cuenta: cuál es la repercusión asistencial y cuál es el valor y la repercusión presupuestaria. “La primera pregunta a responder es si es beneficiosa para el individuo. No sólo ver el beneficio clínico desde el punto de vista del individuo, también hay que ver si tiene beneficio clínico adicional. Igualmente, hay que ver si es beneficiosa para la sociedad. Es decir, el valor de la intervención. Por último, hay que preguntarse si es asequible para el pagador, lo que es el impacto presupuestario”, reflexionó. Si no se habla de financiación pública, de acuerdo con sus palabras, “lo único relevante es si la innovación es beneficiosa para el individuo y si éste está dispuesto a pagarla”. Con todo, hay que analizar los resultados en Salud que esa innovación va a producir. Es decir, la evidencia del mundo real es el impulsor clave del valor.
Riesgos compartidos
En el turno de la discusión;Pedro Sánchez, director del Departamento de Estudios de Farmaindustria, recordó que la contribución de los nuevos medicamentos al incremento de la supervivencia es de más de un 80%. “Sabemos muy bien lo que se gasta en medicamentos farmacológicos, pero sabemos muy mal cuáles son los que más aportan. Ya se pueden utilizar las nuevas tecnologías para saberlo. Estoy de acuerdo con el pago por resultados, con unos datos de eficiencia más finos que se podrán conseguir con datos del mundo real”, consideró. Badia propuso entonces un catálogo de resultados por enfermedades. Según Emilio Esteban, del Hospital Universitario Central de Asturias, de Oviedo, “el ensayo clínico nos ha hecho perder la perspectiva de lo que hemos hecho, porque queremos resultados rápidos”. Una forma de hacer algo aproximativo a la Vida Real, apuntó, es el compartir riesgos. César Hernández, del Departamento de Medicamentos de Uso Humano de la AEMPS, discutió que datos en la Vida Real no hay si no hay acceso al medicamento. “La cuestión es si queremos que esto forme parte del juego para que el medicamento esté disponible o si liberamos al sistema de ese tipo de presión, dejamos que haya acceso y a partir de ahí trabajemos con lo que tenemos”, transmitió. O sea, el ejercicio de la medicina es gestionar incertidumbre. Pero hay que tener en cuenta lo que se paga por esta incertidumbre. Por eso, García reclamó transparencia en los modelos de financiación. Margarita Majem, del Hospital de la Santa Creu u Sant Pau, de Barcelona, avisó de que hay que tener cuidado en hacer bien la toma de datos de Vida Real, por ejemplo, en lo relacionado con la calidad de vida. Por último, José Manuel Morales, director técnico de Tecnologías y Sistemas de Información, del Servicio de Salud de Castilla y León, completó que el gran reto que hay en los sistemas de información en Sanidad no es que la tecnología esté madura. “Lo está. Los datos se van adaptando a las necesidades. La tecnología existe. Pero los sistemas se han ido construyendo de una forma estanca. Para hacer Big Data, y adaptar el análisis al día a día, hay que hacer una normalización sintáctica. Hay que pulir y sacar el ruido para obtener conocimiento diferencial. El gran reto en la Sanidad es poder hacer esa convergencia de datos para que puedan ser gestionados en tiempo real. Lo segundo es un cambio cultural”, certificó.