Utiliza hebras de cartílago bovino y en el futuro podrá ser utilizada para reparar articulaciones.
Investigadores de los Institutos Huck de Ciencias de la Vida, en la Universidad de Pennsylvania, han desarrollado un proceso de bioimpresión que permite crear parches de cartílago. Según Ibrahim T. Ozbolat, profesor de ingeniería y mecánica en el citado centro, el cartílago es un tejido ideal para la producción en ...
Investigadores de los Institutos Huck de Ciencias de la Vida, en la Universidad de Pennsylvania, han desarrollado un proceso de bioimpresión que permite crear parches de cartílago. Según Ibrahim T. Ozbolat, profesor de ingeniería y mecánica en el citado centro, el cartílago es un tejido ideal para la producción en masa mediante esta tecnología porque se compone de un único tipo celular y no contiene vasos sanguíneos en su interior.
La producción de cartílago ya había sido intentada con anterioridad utilizando células embebidas en un andamio de hidrogel, una sustancia compuesta mayoritariamente por agua y una pequeña proporción de polímero. Sin embargo, los hidrogeles no permiten un crecimiento normal de las células porque las aísla y obstaculiza su comunicación, indica Ozbolat. Esto hace que el tejido resultante carezca de la suficiente integridad mecánica. Además, la degradación del polímero genera productos que inhiben el crecimiento celular.
El nuevo método prescinde del andamio molecular, usando en su lugar un tubo de alginato muy fino cuyo interior se rellena de células, las cuales crecen durante una semana hasta adherirse entre ellas. Dado que no se adhieren al alginato, pueden ser retiradas del tubo en forma de hebra de cartílago. Ésta es utilizada en lugar de la tinta en una impresora 3-D, la cual está provista de una tobera especialmente diseñada para optimizar el proceso. En cuestión de media hora, el parche de cartílago generado por la impresora puede ser transferido a una placa de cultivo donde se completa la integración del tejido.
Esta nueva tecnología podría ser utilizada en el futuro para tratar la artrosis.
Foto de Ozbolat, Penn State