Es sabido que el déficit de ácido fólico durante el embarazo es la causa principal de defectos del tubo neural y de espina bífida, pero un exceso de estas vitaminas aumenta considerablemente el riesgo de autismo.
Cada mes, la edición on line de novedades en el mundo de la medicina MEDSCAPE, publica la lista de las diez noticias (top ten) másclicadas del mes anterior. En el mes de junio, una de las diez más revisadas, voy a comentarla porque considero muy útil su conocimiento. Se trata ...
Cada mes, la edición on line de novedades en el mundo de la medicina MEDSCAPE, publica la lista de las diez noticias (top ten) másclicadas del mes anterior. En el mes de junio, una de las diez más revisadas, voy a comentarla porque considero muy útil su conocimiento. Se trata de una comunicación presentada en el 16 Congreso de INSAR (International Society of Autism Research) celebrado en Baltimore los días 11-14 de mayo de 2016: "Maternal Plasma Folate, Vitamin B12 and multivitamin supplement during pregnancy and risk of Autism Spectrum Disorder in the Boston Birth Cohort"
Desde hace muchos años sabemos que el déficit de ácido fólico durante el embarazo, es la causa principal de defectos del tubo neural y concretamente de espina bífida, además de ocasionar nacimientos de niños con bajo peso, y a veces de desprendimiento de la placenta. Es por este motivo que se suplementa a las embarazadas con folato (vitamina B9) y también con vitamina B12, pues ambas vitaminas forman parte muy importante de un ciclo bioquímico funcional, involucrado en muchos procesos metabólicos como es el ciclo de la metilación. Conozco por experiencia profesional, que algunos obstetras no ajustan las dosis a las recomendadas, sino que “son generosos” en las mismas, pues existe la creencia que el exceso de vitaminas no perjudica, y para que no haya déficit “más vale curarse en salud”.
El trabajo que referenciamos demuestra que, cuando los niveles de folato y vitamina B12 están en sangre materna a unos niveles superiores a >59 nmol/L y >600 pmol/L respectivamente, el riesgo de que el recién nacido manifieste un síndrome autista se multiplica por 17.Sólo niveles altos de una de las dos vitaminas también incrementa el riesgo unas tres veces, pero lo significativo es la asociación de valores altos de ambas vitaminas.
El estudio fue el seguimiento de 1.391 mujeres embarazadas y sus hijos. Se tomaron valores en plasma del ácido fólico y Vit B12 a las madres durante el embarazo y se siguió la evolución de los niños hasta el año 2016. De este grupo en las fichas de pediatría constaban 107 casos que se diagnosticaron de autismo o síndrome de Asperger y los englobaron en el término de “Espectro Autista”. De la comparación estadística de los niveles de las vitaminas en sangre materna y el autismo salen las llamativas cifras de las conclusiones, que considero debieran tener en cuenta todos los obstetras.
Una vez más insistimos: medicamentos los necesarios y las dosis precisas, porque los excesos nunca son beneficiosos. Debe tenerse en cuenta también, que hay personas que por alteraciones genéticas en los genes COMT y MTFHR que codifican enzimas clave del ciclo de la metilación, en el que están involucrados el folato y la vit B12, pueden provocar menos actividad enzimática y a estas personas de forma personalizada se deberán administrar más dosis de folato y VitB12 pues para ellas las dosis habituales serán insuficientes.
Recordar que la Genómica es la base de la que denominamos “Medicina de Precisión”, la Medicina del siglo XXI, y recomendamos a los médicos tomen en cuenta estas consideraciones, en beneficio de sus pacientes.
Dr. Juan Sabater-Tobella
European Specialist in Clinical Chemistry and Laboratory Medicine (EC4)
Member of the Pharmacogenomics Research Network
Presidente de Eugenomic