Médicos y pacientes deben cuidarse especialmente de no ignorar las posibles intolerancias alimentarias y malas absorciones intestinales que puedan acontecer en periodo estival, teniendo en cuenta que la patología digestiva no se va de vacaciones. Sabiendo también que muchas de ellas se deben a la Fructosa.
Este viernes, 15 de julio, el doctor Sergio Suárez Guijarro, jefe de Aparato Digestivo y actividad medicoquirúrgica del Hospital Beata, además de jefe de Gastroenterología de la Clínica Moncloa de Asisa repasó algunos aspectos clave sobre patología digestiva y verano, un problema cada vez más presente en un número creciente ...
Este viernes, 15 de julio, el doctor Sergio Suárez Guijarro, jefe de Aparato Digestivo y actividad medicoquirúrgica del Hospital Beata, además de jefe de Gastroenterología de la Clínica Moncloa de Asisa repasó algunos aspectos clave sobre patología digestiva y verano, un problema cada vez más presente en un número creciente de pacientes. Ante la cuestión de si los ciudadanos se alimentan mejor o peor en periodo estival, el doctor Suárez contestó que ni mejor ni peor, sino de una forma diferente. El especialista en Gastroenterología y Cirugía General y del Aparato Digestivo advirtió la necesidad de no bajar la guardia ante posibles intolerancias alimentarias y malas absorciones intestinales que pueden dar al traste con el descanso propio del buen tiempo y las actividades lúdicas características del verano.
Según explicó Suárez Guijarro, una de las peores intolerancias o malas absorciones intestinales, según los síntomas que presenten, son las debidas a la Fructosa. Se trata del azúcar que está detrás de más del 95% de los casos de Colon Irritable, problema intestinal que afecta a más del 50% de la población general. Junto a la fructosa, los polioles, polifenoles y polialcoholes son otros azúcares que potencian las intolerancias, desde la composición de alimentos preparados “sin azúcares añadidos”. Esta competencia lleva a una peor absorción cuando unos y otros compuestos compiten dentro de la dieta del paciente. Alertó el experto gastroenterólogo de la no conveniencia de comer bollería industrial, donde si no aparece la frutosa, están presentes los otros azúcares propiciadores de intolerancias alimentarias. De la misma forma reseñó que la frutosa está presente en el ajo y la cebolla que condimentan multitud de comidas preparadas, además de formar parte de frutas y verduras.
Como consejo dietético, en reuniones sociales, Súarez Guijarro aconsejó cambiar el vino tinto por el blanco, que se tolera mejor y, en caso de tomar gintonics, tener presente que la ginebra suele absorberse mejor que la simple tónica. Tratándose de cerveza, aconsejó no ingerir más de dos unidades, ya que la tercera suele ser sinónimo de mala absorción. En cuanto a las ensaladas, estimó que son más digestivas de rúcula o canónigos antes que de lechuga o escarola. De la misma forma recomendó no tomar postres que no sean caseros, ni cítricos.
En referencia a la Lactosa, el especialista detalló que las células intestinales secretan una enzima que divide dicha lactosa en dos partes de más fácil absorción. Esto, sin embargo no ocurre con la fructosa ni los polioles. Esta función es cubierta por proteínas transportadoras que se traducen en una peor digestibilidad de los azúcares. En todo esto, la genética juega un papel importante, pudiéndose hablar de intolerancia a la fructosa de tipo familiar.
Los síntomas más generales de estas intolerancias son los gases y la hinchazón abdominal con más o menos dolor. Sin embargo, el problema suele ser la detección de la intolerancia concreta, de forma que muchos pacientes atraviesan un personal calvario de gastroscopias, colonoscopias y tránsitos intestinales, que incluye el cambio de médico porque se les responsabiliza de no afinar en el diagnóstico y en el tratamiento. La sintomatología suele afectar en mayor medida a la población femenina. Como peor consecuencia, los reflujos depende del estado de las válvulas intestinales. Sin olvidar la importancia de la microbiota intestinal.
Suárez Guijarro apeló al buen sentido de la Industria alimentaria para que no incluyan ni fructosa ni polioles en sus presentaciones. Mientras que, finalmente, el experto señaló algunos efectos no deseados de los prazoles, en tratamientos de continuidad.
PIE DE FOTO: El doctor Sergio Suárez Guijarro, jefe de Digestivo Medicoquirúrgica del Hospital Beata y jefe de Gastroenterología de la Clínica Moncloa de Asisa