Esta fue la conclusión principal de la rueda de prensa de presentación de la jornada científica organizada por la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME) sobre Gestión Clínica.
Bajo el lema “Qué es y qué no es Gestión Clínica”, FACME se rodeó de expertos en el Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Icomem) este jueves, 6 de octubre. La razón fue poner a debate asuntos clave de la Sanidad como la autonomía de los centros sanitarios, la digitalización ...
Bajo el lema “Qué es y qué no es Gestión Clínica”, FACME se rodeó de expertos en el Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Icomem) este jueves, 6 de octubre. La razón fue poner a debate asuntos clave de la Sanidad como la autonomía de los centros sanitarios, la digitalización de la atención, y en la organización asistencial, y la búsqueda de resultados en Salud para los ciudadanos. Como anfitrión del acto, el presidente de Icomem, doctor Miguel Ángel Sánchez Chillón, describió la profesión médica como una actividad caracterizada por tener que tomar constantemente decisiones, muchas veces nada fáciles; siendo esta una cualidad nada desdeñable para la gestión. Sin embargo también matizó que el desarrollo humano y tecnológico han hecho que los facultativos hayan ido abandonado progresivamente el empirismo para fundamentar sus decisiones en la evidencia científica disponible en cada momento.
El presidente de FACME, doctor Carlos Macaya, también consideró a sus colegas médicos plenamente aptos para la gestión sanitaria, especialmente en su nivel micro, en la que pueden utilizar sus conocimientos de los procesos de los pacientes y adoptar las medidas necesarias para la utilización de recursos humanos y materiales. Sólo les faltaría, en su opinión hacer converger toda esa experiencia con los pacientes, con los instrumentos necesarios para que la gestión resulte siempre eficiente. En este punto, como en el planteamiento general de la jornada, Macaya coincidió con Sánchez Chillón en la necesidad de que los médicos se formen para adquirir competencias gestoras de cara a poder evaluar el impacto económico de los procesos sanitarios.
En el plano regulatorio, Macaya se dejó invadir por cierta melancolía al decir que el real decreto de Unidades de Gestión Clínica está sólo a falta de ser orden del día del Consejo de Ministros y procederse a su publicación en el BOE. Sin embargo, la situación política nacional le llevó a descartar que tal publicación se produzca. En cualquier caso, el eminente cardiólogo estimó que una vez que el texto entre en vigor, no será de obligado cumplimiento para las Comunidades Autónomas, por lo que sus efectos quizás no sean tan decepcionantes como muchos médicos temen. Observó también el presidente de FACME que la salida del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad de Alfonso Alonso ha aumentado aún más la interinidad de la situación en la política sanitaria, ya que su sucesora en el cargo como ministra en funciones, Fátima Báñez, ni siquiera se ha reunido todavía con el Foro de la Profesión Médica.
Completaron la rueda de prensa el vicepresidente de FACME, doctor Fernando Carballo, y el director general de la Fundación IMAD, Francisco Javier Elola. Durante su parlamento, Carballo dejó constancia de que la reclamación de una mayor participación de los médicos en la gestión sanitaria no tiene ningún tinte político. Hecha esta salvedad, resaltó la necesidad de analizar y planificar el estado real de los centros asistenciales. En esa dirección, puso de relieve el programa RECAL que están desarrollando monográficamente en sus áreas las sociedades científicas de Cardiología, Endocrinología, Oncología y Aparato Respiratorio. Hasta el momento, aseguró el vicepresidente, estos proyectos están acumulando información muy relevante sobre el funcionamiento de los centros, destacando en el plano negativo, una gran variabilidad clínica.
Por su parte, Elola presentó su fundación como una entidad destinada a fomentar la ayuda mutua entre sociedades científicas, promoviendo la mejora en los resultados en salud de las intervenciones sanitarias, dentro de variables cuantificables como los reingresos hospitalarios, o los índices de mortalidad, por ejemplo. Concluyó el ponente, destacando también la actitud positiva que tienen los profesionales sanitarios para ampliar aquellas habilidades que sean necesarias para trabajar dentro de parámetros de mayor eficiencia.
En un momento de la rueda de prensa, el doctor Macaya aludió al Decálogo de FACME para el desarrollo de la Gestión Clínica en el Sistema Nacional de Salud
1. Prestar asistencia sanitaria de acuerdo con los principios del SNS y del correspondiente servicio de salud de la Comunidad Autónoma.
2. Promover una atención integral centrada en el paciente.
3. Debe permitir la transferencia de responsabilidad y riesgos a través de la autonomía de gestión.
4. Facilitar el control y evaluación del SdS, mediante una gestión e información transparente.
5. Conllevar una gestión guiada por la eficiencia clínica.
6. Incorporar un modelo de incentivos ligados a la calidad y eficiencia.
7. Debe promover la innovación e investigación, permitiendo el desarrollo de alianzas con la Universidad, la industria, etc.
8. Contribuir a garantizar un modelo de formación pre y postgrado de alta calidad.
9. Tiene que reutilizar los ahorros que se generen para mejoras que reviertan en la atención sanitaria y ayuden a conseguir los fines sociales del sistema sanitario público.
10. Fomentar alianzas con la sociedad civil ( asociaciones de pacientes, ONGs, etcétera).
Pie de foto: Los doctores Francisco Javier Elola (Fund. IMAS), Carlos Macaya (FACME, FEC), Miguel Ángel Sánchez Chillón (ICOMEM) y Fernando Carballo (FACME)