La escala y velocidad de las nuevas ondas rotatorias no tiene precedentes, según investigadores del Instituto Salk.
Un estudio publicado en la revista eLife deja al descubierto un nuevo mecanismo por el que las oscilaciones globales durante el sueño y la plasticidad neuronal fortalecen las redes neuronales corticales para que éstas puedan almacenar memorias de manera coherente. Terrence Sejnowski, director del estudio, indica que, mientras que la ...
Un estudio publicado en la revista eLife deja al descubierto un nuevo mecanismo por el que las oscilaciones globales durante el sueño y la plasticidad neuronal fortalecen las redes neuronales corticales para que éstas puedan almacenar memorias de manera coherente. Terrence Sejnowski, director del estudio, indica que, mientras que la memoria a corto plazo es almacenada en el hipocampo, es en el neocórtex donde esas memorias se consolidan. Esta transición tiene lugar durante el sueño y en ella participa un conjunto de oscilaciones eléctricas cerebrales ya conocidas (ondas sigma), originadas en las fases tempranas del sueño no-REM. Estudios previos ya habían demostrado que el número de ondas sigma durante el sueño es proporcional a la capacidad de recordar una secuencia numérica al día siguiente. Sin embargo, se desconocía el mecanismo por el que este proceso tenía lugar.
A diferencia de las técnicas tradicionales, el método empleado por los investigadores, denominado electrocorticograma intracraneal, registra la actividad cerebral de manera simultánea en diferentes áreas cerebrales. Esto ha permitido constatar que las ondas sigma no alcanzan su pico simultáneamente en todas las áreas del neocórtex sino que lo barren siguiendo un movimiento circular. Esto resulta en que alcancen su pico en zonas adyacentes del córtex con milisegundos de diferencia. Lyle Muller, primer autor del estudio, afirma que este tipo de organización de la actividad cerebral permite la comunicación entre neuronas de diferentes áreas.
El entendimiento de este proceso podría ayudar a diseñar métodos para la disrupción de memorias traumáticas, concluye el investigador.