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Una señal que dificulta la comunicación intercelular podría ser clave en diferentes estrategias biomédicas

El estudio del CNIC apunta a que podría abrir camino en estrategias biomédicas como la terapia génica, el diseño de vacunas o la inmunoterapia.

24/11/2016

Un equipo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC), dirigidos por Francisco Sánchez-Madrid, ha descrito una señal celular que dificulta la comunicación intercelular y puede ser clave para estrategias biomédicas como la terapia génica, el diseño de vacunas o la inmunoterapia. En concreto, el estudio que se ...

Un equipo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC), dirigidos por Francisco Sánchez-Madrid, ha descrito una señal celular que dificulta la comunicación intercelular y puede ser clave para estrategias biomédicas como la terapia génica, el diseño de vacunas o la inmunoterapia.

En concreto, el estudio que se publica en la revista Nature Communications, muestra una señal celular que impide la secreción de nanovesículas; dichas nanovesículas, llamadas exosomas, son secretadas al exterior por las células para comunicarse entre ellas. Sin embargo, en ocasiones, pueden ser utilizadas como 'caballos de Troya' por determinados virus para facilitar su propagación y entrada en células vecinas.

Según los investigadores, la señal ISGylación se ha descrito principalmente como una señal antiviral, aunque algunos estudios revelan que también se puede activar ante otros estímulos como la falta de oxígeno, el envejecimiento o el cáncer. “En dichos contextos la secreción de exosomas y, por tanto, la comunicación entre células, se podría ver afectada como consecuencia de esta modificación”, apunta Carolina Villarroya.

Esta señal antiviral activa un protocolo por el cual marca a las proteínas que residen en los endosomas, donde se forman los exosomas, que se redirijan hacia la ruta de degradación y se impida la secreción de las nanovesículas. Es un nuevo mecanismo que las células utilizan para defenderse de una infección, activando la degradación de proteínas propias, si bien Sánchez-Madrid puntualiza que “también podrían ser utilizadas por el agente externo para su propagación”.

De hecho, existen actualmente numerosos ensayos clínicos para el desarrollo de nuevos tratamientos que utilizan este conocimiento. En el estudio se describe cómo una señal antiviral activa un protocolo de degradación de proteínas implicadas en la producción de exosomas.

Esta señal, indica Villarroya, “marca a las proteínas específicas que residen en los endosomas, lugar de formación de los exosomas. De esta manera -continúa- se redirigen hacia la ruta de degradación y se impide la secreción de las nanovesículas”.

Francisco Sánchez-Madrid, director del estudio, señala que “además de actuar como mensajeros en la comunicación intercelular, los exosomas constituyen herramientas potenciales para la terapia génica, vacunas e inmunoterapia“. Por ello, es de suma relevancia descifrar los procesos que controlan la secreción de exosomas para su aplicación biomédica.

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