Un equipo de especialistas de la Clínica Universidad de Navarra ha realizado la intervención a un paciente, de 47 años, procedente del Complejo Hospitalario de Navarra, que padecía una miocardiopatía dilatada severa, por la que llevaba un año en lista de espera para trasplante de corazón y que hoy se recupera satisfactoriamente.
Un equipo multidisciplinar de especialistas de la Clínica Universidad de Navarra ha implantado con éxito, por primera vez en España, un corazón artificial total, en este caso, del modelo SynCardia. El paciente, Óscar L. E. de 47 años, vecino de una localidad navarra, padecía una miocardiopatía dilatada grave con fallo ...
Un equipo multidisciplinar de especialistas de la Clínica Universidad de Navarra ha implantado con éxito, por primera vez en España, un corazón artificial total, en este caso, del modelo SynCardia. El paciente, Óscar L. E. de 47 años, vecino de una localidad navarra, padecía una miocardiopatía dilatada grave con fallo biventricular (de la función de los dos ventrículos). Debido a esta enfermedad Óscar era evaluado de forma regular por la Unidad de Insuficiencia Cardiaca del Complejo Hospitalario de Navarra. Desde este centro, fue derivado, en agosto de 2015, a la Clínica Universidad de Navarra con indicación para un trasplante cardiaco. El paciente llevaba más de un año en lista de espera para trasplante debido a la dificultad para encontrar un donante adecuado a sus características.
Para explicar todos los detalles del caso han comparecido hoy en rueda de prensa, en la Clínica Universidad de Navarra, los doctores Gregorio Rábago (director de Cirugía Cardiaca de la Clínica Universidad de Navarra), Mayte Basurte (jefa de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca del Complejo Hospitalario de Navarra), Juan José Gavira (cardiólogo responsable de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca de la Clínica) y Leticia Jimeno (enfermera coordinadora de asistencias mecánicas circulatorias cardiacas).
Los especialistas han detallado cómo la descompensación cardiaca que sufría Óscar L. E. intensificó la frecuencia de los ingresos hospitalarios. De este modo, tras su última estancia en la Clínica -de más de un mes de duración-, y ante una escasa respuesta del paciente al tratamiento médico, se decidió intervenirle para implantarle un corazón artificial que haría las funciones de su órgano cardiaco. Actualmente, tras un mes en la UCI de este centro hospitalario y una semana en la Unidad de Cuidados Intermedios, el paciente lleva ya tres semanas hospitalizado en planta donde, según el parte del equipo facultativo, se recupera satisfactoriamente. Dos meses después de la cirugía, Óscar pasea de forma autónoma por el interior y exterior de la Clínica, a pocos días de volver a su casa.
El pasado septiembre, el equipo de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca del Complejo Hospitalario de Navarra, liderado por el Dr. Jesús Berjón (director asistencial del CHN) y por las doctoras Mayte Basurte, Ana Carmen Abecia y Vanesa Arrieta (del mismo centro hospitalario), junto al equipo de la Clínica Universidad de Navarra, liderado por el Dr. Gregorio Rábago, director de Cirugía Cardiaca de la Clínica, y por el Dr. Juan José Gavira, responsable de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca de este mismo centro, determinaron la necesidad urgente de implantar el nuevo dispositivo como puente a un trasplante cardiaco. “El mes anterior a la intervención, la gravedad del paciente había llegado al punto de tener que permanecer ingresado permanentemente conectado a una bomba de perfusión continua, sin poder ir a su casa”, describe el Dr. Rábago. Ante tal situación, el pasado 21 de septiembre se procedió a la intervención quirúrgica para implantar al paciente el nuevo dispositivo SynCardia.
Según relata el especialista, “ese empeoramiento progresivo de la salud del paciente no nos dejó otra opción que la de buscar una alternativa urgente. Por ese motivo, decidimos implantarle el corazón artificial con la idea de detener ese deterioro y recuperar así su estado físico hasta la llegada de un trasplante cardiaco, ya sin la urgencia de permanecer en riesgo vital”. De hecho, aunque en Europa el corazón artificial sólo está permitido como solución intermedia a un trasplante, en Estados Unidos la indicación ya se está valorando como terapia definitiva, también denominada “terapia destino”.
El equipo quirúrgico que intervino el pasado 21 de septiembre al paciente navarro, durante una cirugía de más de 8 horas (de 10 a 18:30 h), estuvo compuesto por dos cirujanos cardiacos, los doctores Gregorio Rábago e Ignacio Bibiloni; dos anestesistas, las doctoras Mª José Iribarren y Elisabeth Bercianos; las enfermeras de anestesia, Maika Zudaire y Mª Ángeles Marteles; las enfermeras instrumentistas, Pilar Zudaire, Silvia Astráin y Leticia Atáun; la enfermera perfusionista Paz Pou y Leticia Jimeno, enfermera coordinadora y experta en asistencia circulatoria.
El corazón artificial implantado es un sistema desarrollado por la empresa SynCardia Systems. El dispositivo sustituye la función completa del corazón, en concreto, de sus dos ventrículos, por lo que está indicado para paliar un fallo cardiaco biventricular. Se trata de un dispositivo pulsátil y neumático, “utilizado como puente al trasplante, en aquellos pacientes que padecen una insuficiencia cardiaca biventricular en fase terminal, cuando ambos ventrículos ya no pueden bombear suficiente sangre para que el paciente pueda sobrevivir”, describe Leticia Jimeno.
Hasta la fecha, los implantes de dispositivos artificiales realizados en España con éxito han correspondido realmente a dispositivos de asistencia ventricular izquierda (AVI), equipos que no sustituyen la función cardiaca como tal, sino que bombean y refuerzan en paralelo la labor del ventrículo izquierdo. En estos casos, no se extirpa el órgano cardiaco sino que el dispositivo ayuda al ventrículo nativo.
El paciente permanecerá ingresado hasta que los especialistas valoren que su estado de salud es favorable para acudir a su domicilio. A partir de ese momento, podrá trasladarse a su casa con una consola portátil desde la que controlará el funcionamiento del dispositivo, alimentado por dos baterías. El navarro podrá realizar entonces una vida casi normal para la que deberá portar dicha consola en un bolso o mochila. Durante el período de espera hasta que llegue un corazón adecuado, el dispositivo permitirá al paciente recuperarse y recobrar un estado de salud óptimo con el que poder afrontar un futuro trasplante.