La bioquímica de los ácidos nucleicos cruza el umbral de una nueva medicina

En lo que a ciencias de la vida y la materia se refiere, las dos orillas del Atlántico crearon un ancho itsmo de comunicación durante el simposio Internacional titulado " Revolucionando la salud a través de investigación y tecnología de vanguardia ". Un encuentro de primer orden en el plano de la investigación básica y clínica al que acudieron destacados especialistas del Instituto Tecnológico de Massachusetts , MIT (Cambridge, EEUU), hasta la sede de la Fundación Ramón Areces , para dar continuidad a la sólida alianza establecida entre ambas instituciones.

Dr Raimundo Pérez-Hernández

El doctor Raimundo Pérez-Hernández , director general de la entidad convocante, dio la bienvenida y celebró la llegada de avances que impulsan la medicina de precisión para poder optar a tratamientos más específicos y personalizados. Como hacen, por ejemplo, la inmunoterapia que ataca las células cancerígenas, la terapia genética igualmente o la inteligencia artificial diagnóstico, tratamientos o la nanomedicina. Todo en ello en una sesión para intercambio de ideas y experiencias con los buenos amigos del MIT.

Eduardo Garrido y Klaus Schleicher

Dio la réplica protocolaria a Pérez-Hernández Torra Klaus Schleicher , director de relaciones corporativas del MIT, en nombre de mil docentes, 3.700 investigadores y 12.000 estudiantes como plantilla humana en la que incluyó a 98 premios Nobel, cerca de una decena de ellos plenamente activos. Con una capacidad conjunta para resolver problemas en el mundo con un presupuesto de 800 millones dólares, capacidad para registrar 435 patentes al año, generar 24 compañías y auspiciar 33.000 compañías por un valor productivo de dos trillones de dólares.

Institución con puntuación de 169,2 que la convierten en la más innovadora del planeta y la sitúan muy por delante de Harvard. Gracias a su vocación por traer valor a la industria desde la educación, la investigación y el emprendimiento, al salvar controversias en ingeniería y ofrecer el ecosistema que representa el MIT Industral Liaison Program ( ILP ).

Una potencia innovadora corroborada también por Eduardo Garrido , director de programación del MIT, que introdujo a los investigadores invitados y los impulsores de 5 startups muy prometedoras.

Mark Bathe

En primer lugar, el doctor Mark Bathe , profesor de ingeniería biológica del MIT, afirmó llegar de una Nueva Inglaterra tan famosa por su equipo de fútbol americano como célebre por ser la sede de la compañía Dunkin Donuts . Seguidamente, atribuyó un gran potencial a las terapias de ácidos nucleicos , mediante ingeniería de aplicación a vacunas, biología estructural y computación.

Según expuso, nos aproximamos a una medicina capaz de curar mediante tecnologías de ARN mensajero ( mRNA ), ARN de interferencia ( siRNA ), tecnologías ASO de descarga y la edición CRISPR , para administración de terapias en vivo. Además de usar almacenamientos genómicos masivos, para diagnosticar y tratar. Y citó la Ley de Amara , máxima de Roy Amara, ex director del Instituto del Futuro, que critica que siempre sobrestimamos la tecnología a corto plazo y la infraestimemos a más largo trecho.

Disertó sobre ácidos nucleicos basados en virus ( VLPs ) y la producción de pequeñas moléculas como las nanopartículas lipídicas ( LNPs ) concebidas para órganos específicos donde se desarrollan tumores o cuando hay infección por virus, porque en el siglo XXI la mayor dificultad todavía es llevar el fármaco a su destino biológico exacto. Donde los VLPs imitan la corona proteica del virus para lograr una buena biodistribucióm con multivalencia para dianas en su contexto genético, al igual que hacen los patógenos en la naturaleza. Donde el vector génico debe atender a cuestiones clave como la inmunidad humoral , la inmunotoxicidad y unos, lamentablemente todavía, muy altos costes .

Añadió que las nanopartículas lipídicas , aunque tienen sus limitaciones, son baratas de producir y resultan aptas para vacunas en neonatos, mientras que los ácidos nucleicos de DNA no presentan inmunotoxicidad cuando se administran por vía intravenosa.

Siendo el objetivo controlar el ARN mensajero (mRNA) en vivo y según la actividad genética, dentro de una medicina 2.0 futura que promete acceso extracelular y al cerebro, además de jugar su propio papel en diagnosis.

También explicó este investigador y titular de la compañía Kano , que su equipo ha desarrollo cápsulas del tamaño de una micra para guardar gigantescas cantidades de datos genéticos, dado que hoy es imposible secuenciar todo por su coste y se desperdicia mucho material valioso. Punto en el que afirmó que el ADN permanece inalterable y se conserva millones de años, como se ve al recuperar información de mamuts preservados en permafrost . Algo que dura para siempre y no requiere energía para su mantenimiento, a diferencia de lo que ocurre con los servidores de Google, según señaló.

Dr Daniel G. Anderson

Por su parte, el doctor Daniel G. Anderson , profesor de ingeniería química del MIT, reciente miembro de la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos y experto en reparación de ADN, aseguró que la industria de los ácidos nucleicos va a revolucionar la medicina en los próximos años. Como ya se comprueba con los materiales inteligentes que hacen posible crear páncreas artificiales para personas con diabetes. Al igual que ocurre al sintetizar cartílagos desde polímeros sintéticos desarrollados en otros organismos y luego implantables en el paciente. Como se ha conseguido al producir una oreja humana en un conejo.

Al igual que ocurre con un polímetro de carbohidrato extraído de ciertas algas que sirve de estructura y soporte celular, mientras que el MIT ya trabaja con nanopartículas combinadas con RNA mensajero y en su aplicación a distintas dianas, como concluyó. Para concluir con la afirmación de que ahora el principal llevar los nuevos fármacos a los órganos diana con biodispositivos de última factura.

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