El ejercicio físico potencia la inmunidad antitumoral

Investigadores de la Universidad Médica de Anhui han determinado que el ejercicio físico, antes o después del establecimiento del cáncer de pulmón, reduce la progresión de la enfermedad. En animales de experimentación portadores de este tipo de tumor, un régimen de actividad de 45 minutos diarios sobre una cinta ergométrica se asoció a mayor infiltración de linfocitos T citotóxicos, en un efecto que fue aproximadamente proporcional a la duración del programa de ejercicio. Éste indujo, además, cambios en la expresión de hasta 522 genes en el tejido tumoral, incluyendo los de quimiocinas que promueven la migración de estos linfocitos.

Huan Qiu, director del estudio , afirma que estos ratones exhibieron mayores niveles de adrenalina circulante, lo que motivó nuevos experimentos en los que el ejercicio fue sustituido por inyecciones intraperitoneales diarias de este neurotransmisor. Esta estrategia redujo el crecimiento tumoral en similar medida a la del ejercicio, recapitulando el efecto de este último sobre la infiltración linfocitaria. El investigador prosigue indicando que la proporción de linfocitos T portadores del marcador de citotoxicidad CD8 fue casi un 70% mayor que el de los linfocitos T CD4+ infiltrados. Notablemente, los científicos también hallaron que tanto el ejercicio como la adrenalina reducen sustancialmente la expresión de la molécula PD-L1 en el tumor, la cual media la inmunosupresión en el microambiente tumoral. Los hallazgos son consistentes con los de estudios previos en los que bajas dosis diarias de adrenalina, que mimetizan el efecto del ejercicio, indujeron reducciones del volumen tumoral de hasta el 61%, concluye Qiu.

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