Un nuevo biomarcador predice la supervivencia en la fibrosis pulmonar idiopática

Investigadores de la Universidad de Hiroshima han establecido que, en pacientes que experimentan una exacerbación de la fibrosis pulmonar idiopática (FPI) , los niveles circulantes de lipocalina-2 (LPC2) son superiores a los de individuos control y a los de pacientes con neumonitis crónica o con FPI estable. Notablemente, la elevación de LPC2 resultó ser factor pronóstico independiente, predictivo de peor supervivencia. Con la concentración de LPC2 seleccionada como valor umbral, la predicción de supervivencia a los 3 meses mostró una especificidad y sensibilidad del 40 y del 100% , respectivamente.

Hiroshi Iwamoto , director del estudio , afirma que la estratificación de estos pacientes de riesgo en función de los niveles de LPC2 reveló una correlación negativa, asociándose las concentraciones más elevadas con supervivencia más corta. Esta asociación, prosigue Iwamoto, se mantuvo significativa después de ajustar por múltiples variables clínicas y demográficas, incluyendo edad, sexo, historial de tabaquismo y niveles de marcadores inflamatorios y de aclaramiento de la creatinina. En el análisis del proceso patofisiológico subyacente a la liberación de LPC2, los investigadores utilizaron un modelo animal en el demostraron que los niveles de esta proteína, tanto en circulación como en el fluido broncoalveolar, se correlacionan positivamente con la magnitud del daño pulmonar inducido por un agente químico. Sin embargo, en ratones genéticamente deficientes en LPC2 el daño inducido por este agente fue mucho mayor.

Estos animales presentaron mayor severidad en la fibrosis, el engrosamiento de las paredes alveolares y la deposición de matriz extracelular, lo que indica que la función fisiológica de la LPC2 es proteger el tejido, asegura Iwamoto. Esta noción es consistente con la reducida capacidad antioxidante asociada a la deficiencia en LPC2, concluye el científico.

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