La introducción de la vacunación antineumocócica en el calendario de vacunación infantil con la vacuna trecevalente ha sido un avance fundamental para prevenir enfermedades graves producidas por el neumococo. Así lo ha explicado el doctor Ignacio Manrique, director del Instituto Valenciano de Pediatría y responsable del “XXII Curso de Avances en Pediatría” que se ha celebrado este sábado en Valencia.

“La introducción en el calendario de esta vacuna ha llevado a un descenso de la tasa de incidencia de enfermedad neumocócica invasiva de un 68%, observándose en todas las formas de presentación de la enfermedad invasora como es el empiema, la neumonía bacteriémica, la meningitis o la bacteriemia primaria”, ha subrayado el doctor Manrique. “Es la vacuna que mejor se adapta a la epidemiología de nuestro país y la que ha demostrado protección frente a los serotipos 3 y 19A, muy agresivos y resistentes a los antimicrobianos en el caso de los niños”, ha añadido este experto.

En la actualidad, la enfermedad neumocócica es la infección bacteriana más frecuente en menores de 5 años, tanto en su forma invasora como en infección local (neumonía u otitis). De los aproximadamente 15 tipos de neumococo o serotipos capaces de producir enfermedades graves, la vacuna antineumocócica conjugada trecevalente contiene protección frente a 13 de ellos.

“Con el paso de los años, todos los foros científicos observaron la gran repercusión de la introducción de esta vacuna en el calendario vacunal. Por los beneficios de la misma, la Administración la incluyó en su calendario vacunal de forma oficial hace un par de años”, ha detallado el doctor Manrique.

Vacunación infantil, ¿cuánto hemos avanzado?

Los avances en vacunación infantil han centrado la sesión inaugural del curso organizado por el Instituto Valenciano de Pediatría, que se celebra desde hace 22 años con el objetivo de dar a los asistentes, un total de 350 en la presente edición, la posibilidad de conocer todas las novedades que se producen en el campo de la pediatría.

En este marco, la doctora Mara Garcés-Sánchez, pediatra del Centro de Salud Nazaret de Valencia e investigadora del Área de Vacunas de FISABIO, ha presentado la ponencia “Vacunación infantil, ¿cuánto hemos avanzado?”, en la que ha destacado que el riesgo de padecer enfermedades graves producidas por el neumococo se ha reducido de manera significativa gracias a la vacunación.

“Los niños más pequeños son los que más riesgo tienen de padecer enfermedades graves por neumococo como una meningitis o una sepsis (cuadro de elevada gravedad y riesgo de mortalidad). Hace poco más de 20 años no disponíamos de ninguna vacuna para prevenir estas enfermedades en la infancia. Con la llegada del invierno, estas infecciones afectaban a los niños, causándoles la muerte en algunos casos y en otros, secuelas importantes de por vida. El desarrollo de vacunas frente a estas enfermedades bacterianas ha supuesto un paso gigantesco en su prevención”, ha explicado la doctora.

Un reto pendiente: desterrar falsos mitos sobre la vacunación

Al abordar los avances que se han producido en términos de prevención de enfermedades de la infancia, la doctora Garcés ha destacado que en los últimos 20 años el número de enfermedades prevenibles “prácticamente se ha duplicado” gracias a la vacunación. Sin embargo, a pesar de los beneficios asociados a las vacunas, persisten todavía falsos mitos sobre su eficacia y seguridad. “Un reto de futuro importante es el de hacer conocer a la población española los grandísimos beneficios que comporta la vacunación universal, lo cual permitirá desterrar los bulos y maniobras de desinformación de los denominados grupos antivacunas”, ha afirmado el doctor Manrique.

En este sentido, la doctora Garcés ha destacado que resulta necesario hacer comprender a los padres la importancia de cumplir con el calendario de vacunación infantil. “Gracias a las vacunas muchas de las enfermedades ‘típicas” de la infancia han desaparecido. En la actualidad, una meningitis es noticia cuando hace 30 años era una realidad común. Este ‘momento dulce’, con la práctica desaparición de estas enfermedades, ha hecho que algunos padres dejen de temerlas, por ignorancia o desconocimiento, y consideren que sus hijos no necesitan estar protegidos. Por desgracia, esta actitud lleva a situaciones como la del fallecimiento por difteria del niño no vacunado de Olot. Cuando un padre no vacuna a su hijo no se da cuenta de que está cometiendo un acto de desprotección hacia el niño”, ha señalado esta experta.