La pérdida de funcionalidad en estas células promueve el estrés metabólico y acelera el daño neuronal.
Un estudio de la Universidad del Sur de California indica que las células que rodean los vasos sanguíneos, llamadas pericitos, pueden ser un factor clave el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, la esclerosis lateral amiotrófica y, posiblemente, otras enfermedades neurodegenerativas. Esta conclusión deriva de experimentos realizados en ratones jóvenes ...
Un estudio de la Universidad del Sur de California indica que las células que rodean los vasos sanguíneos, llamadas pericitos, pueden ser un factor clave el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, la esclerosis lateral amiotrófica y, posiblemente, otras enfermedades neurodegenerativas. Esta conclusión deriva de experimentos realizados en ratones jóvenes deficientes en pericitos, en los que el flujo sanguíneo cerebral en respuesta a un estímulo eléctrico se redujo un 30% con respecto al de ratones normales. La dilatación de los capilares fue, además, unos 6 segundos más lenta, lo que indica que el suministro de nutrientes al cerebro es menos eficiente en esos animales.
A los 8 meses de edad, lo que equivale a 42 años en edad humana, el flujo cerebral y sus respuestas empeoraron progresivamente, con una reducción de hasta el 58%. Amy Nelson, primera autora del estudio, afirma que los hallazgos proporcionan un mejor entendimiento acerca de la importancia de los pericitos en la fisiología cerebral.
Los cambios en el flujo sanguíneo cerebral ya habían sido observados previamente en diversas enfermedades neurodegenerativas humanas, si bien el papel de los pericitos en este aspecto no estaba dilucidado.