Este viernes se ha celebrado en Madrid el I Simposio del Grupo Español de Leucemia Mieloide Crónica (GELMC), de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), donde se han abordado diferentes aspectos de actualidad en torno al abordaje de un cáncer hematológico que representa el 15-20% de todas las ...
Este viernes se ha celebrado en Madrid el I Simposio del Grupo Español de Leucemia Mieloide Crónica (GELMC), de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), donde se han abordado diferentes aspectos de actualidad en torno al abordaje de un cáncer hematológico que representa el 15-20% de todas las leucemias. Se estima que cada año se diagnostican aproximadamente diez nuevos casos de LMC por millón de habitantes en España. Según el presidente del GELMC, el doctor Juan Luis Steegmann, estamos ante "la enfermedad neoplásica en la que más se ha avanzado en cuanto a su monitorización molecular y estandarización".
Con respecto al tratamiento, "no hay ningún otro cáncer que disponga de tantos fármacos eficaces y con un perfil de toxicidad tan estudiado", apunta el experto. Gracias a los medicamentos actualmente disponibles, que inhiben la proteína BCR-ABL, se logra el control de la enfermedad en cerca del 95% de los pacientes.
El 5% restante "será refractario a todos los fármacos". Hoy en día, imatinib, nilotinib, dasatinib, bosutinib y ponatinib (todos ellos inhibidores de la tirosina quinasa –ITKs-) conforman el arsenal terapéutico de esta enfermedad. Sobre los dos últimos, de tercera generación, "el precio de reembolso de bosutinib acaba de ser aprobado, pero todavía seguimos a la espera de que el Ministerio de Sanidad de luz verde a ponatinib".
La eficacia de estos fármacos se refleja en que la esperanza de vida de los pacientes con LMC "es prácticamente la misma que la de la población general", añade el doctor Steegmann. No ocurre lo mismo con la calidad de vida, que "es inferior", y "debemos esforzarnos por mejorarla".
Aunque todavía no está ampliamente consensuado, "se sospecha que la discontinuación del tratamiento podría hacerse después de 6 años y habiendo mantenido una respuesta molecular profunda de, al menos, dos años".
Uno de los aspectos que más preocupa a los pacientes con LMC es la llegada de los medicamentos genéricos. "Es evidente que contar con un fármaco más barato cambia la ecuación a nivel económico, pero los hematólogos jamás debemos perder de vista los objetivos clínicos del tratamiento de esta enfermedad", afirma el doctor Steegmann. En este sentido, "es importante llevar a cabo una cuidadosa monitorización clínica, analítica y farmacológica cuando se sustituye un medicamento, máxime cuando se trata de un fármaco contra el cáncer, y no cambiar de genérico de forma desordenada e irrespetuosa".