El equipo formado por Eva Díaz, de la Escuela Superior de Diseño e Ingeniería de Barcelona, Elisava, y Miguel García, del Hospital Sant Joan de Deu de Barcelona, ha desarrollado, NIDO, un sistema de contención y estimulación sensorial para recién nacidos prematuros. El proyecto, seleccionado por la Fundación para la ...
El equipo formado por Eva Díaz, de la Escuela Superior de Diseño e Ingeniería de Barcelona, Elisava, y Miguel García, del Hospital Sant Joan de Deu de Barcelona, ha desarrollado, NIDO, un sistema de contención y estimulación sensorial para recién nacidos prematuros. El proyecto, seleccionado por la Fundación para la Innovación y la Prospectiva en Salud en España (FIPSE) en la Jornada II Encuentro Innovadores, organizado por Fundación Pons con la colaboración de FIPSE y Fenin, se encuentra en la fase de inicio de estudio clínico y está previsto que llegue al mercado a lo largo de 2018.
NIDO "nació" en Elisava como Trabajo Final de Grado en Ingeniería en Diseño Industrial de Eva Díaz, y ha contado en su desarrollo con el apoyo de especialistas del Hospital Sant Joan de Deu y la tutorización de Miguel García, enfermero del Área de Neonatos. El objetivo era desarrollar un sistema de control postural, contención y estimulación sensorial para recién nacidos prematuros que reprodujera el ambiente materno atendiendo sus necesidades físicas y re-fortaleciendo el vínculo con la madre.
El nacimiento prematuro es la primera causa de mortalidad infantil en las sociedades desarrolladas y su número se ha duplicado en los últimos años. La atención en las unidades de neonatología se fundamenta en el control de los estímulos externos e internos que pueden suponer una agresión para el recién nacido prematuro y provocarle estrés, deprivación del sueño, alteraciones en el neurodesarrollo e incluso hemorragias cerebrales en los casos más graves.
Reducir el estrés y evitar lesiones
El nuevo sistema dispone de tres módulos principales: La base, los laterales y el prono, fabricados con materiales visco-elásticos, que se adaptan perfectamente a la ergonomía del bebé y reducen los puntos de presión, mejorando la circulación de la sangre. "La siguiente fase del proyecto- explican Eva Díaz y Miguel García- contempla un estudio clínico que analice diferentes parámetros fisiológicos que se pueden cuantificar con el aparataje del hospital (saturación de oxígeno, frecuencia respiratoria, temperatura…), así como parámetros observacionales, como el número de horas de sueño y el estado del sueño, cuántas horas tienen de descanso".
Según los investigadores, el método de Kanguroo – en el que se coloca al prematuro sobre el pecho de la madre, para re-fortalecer el vínculo materno – ha demostrado su eficacia, reduciendo el momento crítico del retorno a la incubadora, que genera estrés en el recién nacido. "Hemos observado que este estrés se reduce con el sistema NIDO", señalan. Además de recoger al prematuro en un entorno que reproduce el ambiente materno, el sistema simula el ritmo respiratorio materno, mejorando la respuesta del bebé.
El problema de los prematuros es que acaban su desarrollo fuera de su espacio natural, el vientre materno. Esta circunstancia puede provocar problemas respiratorios, problemas a nivel cerebral -la autorregulación cerebral es muy delicada, no está instaurada totalmente en el niño prematuro-, y puede derivar en hemorragias cerebrales. También puede haber secuelas a nivel de neuromuscular, causadas por malas posturas en la incubadora.
"En el nido –explican- el control postural es muy estricto, muy protocolizado para que al menos el bebé no desarrolle este tipo de secuelas. El objetivo de la incubadora es que el recién nacido no reciba estímulos externos cómo luz, sonidos, etc., que alteren el control conductual y los niveles de estrés. En el caso del neuro-desarrollo muscular el objetivo es reducir el estrés a través de la contención, transmitiendo así un estado de confort al prematuro". NIDO presenta una geometría que permite el acceso a todo tipo de dispositivos que pueda necesitar el prematuro como tubos, respiradores, sondas o vías para la alimentación, evitando al mismo tiempo posibles lesiones que estos puedan ocasionar al delicado recién nacido.
La primera idea fue crear un sistema de estimulación para niños, pero se consideró que era más necesario trabajar con las UCIs de prematuros, en las que se busca no sobre-estimular al paciente. De este modo, pensaron que era mucho más importante atender otros parámetros como la contención del niño y el control postural, consiguiendo mantener la flexión y la línea media en las diferentes posturas: decúbito supino, decúbito lateral y decúbito prono, pero sin dejar de lado las debilitaciones emocionales del bebé, y teniendo en cuenta que "todo beneficio físico supone un beneficio psicológico y viceversa".