Un equipo formado por neurocientíficos e ingenieros de la Universidad Carnegie Mellon ha desarrollado la primera tecnología no invasiva de siguiente generación dirigida a explorar la actividad cerebral a alta resolución. A diferencia del electroencefalograma (EEG) convencional, utiliza 128 electrodos distribuidos en la región occipito-temporal con una separación de 14 ...
Un equipo formado por neurocientíficos e ingenieros de la Universidad Carnegie Mellon ha desarrollado la primera tecnología no invasiva de siguiente generación dirigida a explorar la actividad cerebral a alta resolución. A diferencia del electroencefalograma (EEG) convencional, utiliza 128 electrodos distribuidos en la región occipito-temporal con una separación de 14 mm. Esta distancia es considerablemente inferior a los 20 o 30 mm utilizados en la técnica estándar.
Amanda Robinson, investigadora del estudio, afirma que esta configuración ofrece mayor información sobre la actividad de la corteza visual, lo que puede ayudar a detectar con mayor precisión la fuente donde se originan los ataques de epilepsia. En el correspondiente ensayo clínico se utilizó un paradigma visual diseñado para inducir respuestas neurales con diferentes frecuencias espaciales cerebrales, constatándose que los patrones de actividad reprodujeron fielmente el modelo de esta región del córtex.
Robinson indica que un aumento aún mayor en la densidad de los electrodos podría incrementar la resolución del sistema, hipótesis apoyada por un estudio previo que determinó que el espaciado óptimo debería rondar los 10 mm. Los autores también ven potenciales aplicaciones de esta nueva técnica en el desarrollo de nuevas interfícies cerebro-computadora.