La investigación es el motor principal del desarrollo económico de una sociedad. Sin embargo, José Castillo, director cientí­fico del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS), cree que en España sigue siendo "la Cenicienta de las prioridades". A su parecer, las di­ficultades que encuentra la investigación en nuestro país no son exclusivamente económicas, sino que vienen también propiciadas por el desinterés de los gobernantes y de la propia sociedad, que "ni creen en los benefi­cios de la investigación en el bienestar socioeconómico, ni perciben a la investigación ni a los investigadores como elementos imprescindibles en el progreso".

Si bien el sector aún cuenta con un factor a su favor, la ilusión. "Todavía nos dura la ilusión de la apertura, de sentirnos parte de un proyecto ambicioso que se llama Europa y de nuestro posible papel de puente con grandes zonas del mundo en las que pensamos que podemos jugar un importante papel de intermediación". Algo que sólo concibe desde un trabajo donde impere el orden, el protocolo, el esfuerzo organizado y racional: "Nuestro reto para los próximos años es transformar la ilusión en esfuerzo sostenido y sistemático, facilitar la creatividad de las personas que quieran integrarse en el sistema de generación de conocimiento".

Investigación aplicada

Asegura que en el IDIS, donde hay 80 grupos de investigación agrupados en seis áreas de conocimiento distintas (oncología, genética, endocrinología, neurociencias, in‑amación y plataformas y metodología), se lideran proyectos ilusionantes. "En todas las áreas hay grupos punteros que llevan a cabo proyectos de investigación aplicada de interés y con probables repercusiones para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Ya hay grupos emergentes muy competitivos". Recalca que fue especialmente importante la obtención de un proyecto transversal de excelencia del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) sobre la Paradoja de la Obesidad, en el que participaron grupos de investigación del área de endocrinología, genética, inflamación, oncología y neurociencias. "Los hallazgos obtenidos están demostrando una gran aplicabilidad a la clínica", asegura el doctor.

Mejorar la calidad de vida

Actualmente todos los proyectos del Instituto están orientados a las personas. Como instituto de investigación sanitaria, la misión de éste es contestar a preguntas que se generan directamente en el entorno asistencial, donde se presta la atención sanitaria, pero, tal y como re­fiere Castillo, "queremos también implicar al paciente y a su entorno en los procesos de investigación".

Que tarden más o menos tiempo en llegar a mejorar su calidad de vida dependerá de muchos factores: oportunidad, económicos, de la inercia de los sistemas de salud y de la propia sociedad. No obstante, está convencido de que las mejoras que antes llegan son las relacionadas con la innovación en los procesos de atención: "La forma de monitorizar el seguimiento de una enfermedad, de administrar un fármaco, de realizar una operación quirúrgica, etc." En cambio, las que más tardan son las relacionadas con el descubrimiento de nuevas moléculas que tengan actividad en la curación (ictus, metástasis, obesidad, diagnóstico genético o diagnóstico por imagen) o la atenuación de síntomas, procesos biológicos en los que identi­ficar nuevas dianas para la creación de nuevos fármacos o sistemas de diagnóstico. "A la complejidad innata de los organismos vivos debemos añadir el valor máximo de la seguridad y la protección de la vida: tenemos que estar completamente seguros de que lo nuevo es mejor que lo que ya teníamos".

Objetivo hospitalario

José Castillo revela que el hito más importante alcanzado en estos diez años ha sido convertir la investigación en objetivo hospitalario. En su opinión, "la docencia y la asistencia sanitaria sin investigación van a ser mediocres, y esto va a repercutir en los pacientes y en los alumnos". Agrega que el IDIS inició una dinámica que cambió la percepción de la necesidad de la investigación en la práctica clínica habitual, y en pocos años ha pasado de una cifra inferior al 30% de clínicos con proyectos de investigación activos a más del 70%. Gracias a sus investigadores y a la sensibilización de las autoridades sanitarias, los objetivos de investigación se están incluyendo progresivamente entre los objetivos asistenciales, y el porcentaje de valoración de la investigación en las OPES para los médicos se ha incrementado.

Para que la investigación sea más eficiente, José Castillo cree necesario que las personas más formadas y creativas organicen su vida alrededor de una actividad: crear, y siempre en contacto con el problema, la curación de la enfermedad o la conservación de la salud. "Debemos facilitar que las personas más brillantes se centren en el trabajo creativo, y debemos usar la tecnología para habilitar sistemas de gestión que liberen al personal mejor formado para la generación del conocimiento de tareas administrativas redundantes ejecutadas de manera obsoleta", recalca. Aparte, se necesita también prestigio, capacidad, liderazgo "y una decisión valiente para designar recursos".

La importancia de la formación

Castillo sostiene que la formación es una pieza central. "No se puede crear sin vivir en un permanente estado de alerta sobre lo nuevo, y no se puede recoger si no se siembra". El IDIS, de hecho, colabora en el proceso de formación a todos los niveles, desde la enseñanza primaria hasta la enseñanza superior. Tal y como sostiene Castillo, "en el centro de nuestros objetivos están los pacientes; en el centro de nuestra organización, los hospitales universitarios". Todo el personal es consciente de la importancia de estar al día sobre el conocimiento que se genera en el entorno. "Es fundamental tener un conocimiento avanzado de las herramientas telemáticas a nuestra disposición y ser capaces de discriminar sobre su calidad".

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