La apnea obstructiva del sueño (AOS) se asocia a problemas de salud graves como la hipertensión arterial, el ictus, el infarto de miocardio, el cáncer, los trastornos neurocognitivos, la insuficiencia renal, la gota e, incluso, pone en riesgo de sufrir accidentes de tráfico a las personas afectadas, por la posibilidad ...
La apnea obstructiva del sueño (AOS) se asocia a problemas de salud graves como la hipertensión arterial, el ictus, el infarto de miocardio, el cáncer, los trastornos neurocognitivos, la insuficiencia renal, la gota e, incluso, pone en riesgo de sufrir accidentes de tráfico a las personas afectadas, por la posibilidad más alta de dormirse al volante, así como en el trabajo o en casa. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) recuerda la importancia de esta enfermedad y de mantener unos buenos hábitos de sueño, con motivo la celebración del Día Mundial del Sueño, el 16 de marzo, bajo el lema "Únete al mundo del sueño, conserva tus ritmos para disfrutar de la vida".
Se estima que entre el 6 y el 10% de la población de mediana edad puede padecer apnea obstructiva del sueño, un trastorno respiratorio frecuente, cuyo principal factor de riesgo es la obesidad. No obstante, la apnea del sueño está infradiagnosticada en el 80% de los casos, por lo que los neumólogos de SEPAR reclaman una mayor búsqueda o sospecha de este trastorno por parte de los médicos que atiendan a pacientes con factores de riesgo o enfermedades como la hipertensión arterial, el cáncer u otras de las citadas anteriormente que puedan asociarse a la apnea del sueño, y recuerdan a la población lo relevante que una correcta higiene del sueño.
La apnea obstructiva del sueño es un trastorno caracterizado por al menos cinco interrupciones de la respiración en una hora mientras se duerme. En los casos más graves estas pausas respiratorias, de duración variable y que van acompañadas de ronquidos, pueden llegar a ser 30. Acostumbran a finalizar con un fuerte sonido o ronquido que producen pequeños despertares de los que la mayoría de las personas afectadas no se dan cuenta.
Al dormir, todos los músculos del organismo se relajan. A pesar de ello, en las personas sanas, que no padecen apnea del sueño, la garganta se mantiene abierta y permite una correcta respiración. En cambio, en las personas que sufren apnea del sueño, la vía respiratoria se obstruye y se inducen así las apneas (ausencia de respiración).
La apnea del sueño provoca una afectación sistémica, por lo que muchos trastornos se relacionan con ella y tiene diversas consecuencias: somnolencia diurna; elevación de la presión arterial y el aumento del ritmo cardiaco, lo que, de forma repetida, conduce al desarrollo de hipertensión arterial; o falta de oxígeno (hipoxemia intermitente), que puede derivar en episodios como los infartos de miocardio o los ictus.
Además, la apnea del sueño también se ha relacionado con el cáncer, puesto que altera el sistema inmune y puede provocar que las células antitumorales que hay en el organismo cambien su comportamiento y se conviertan en células tumorales, y altera el sistema hormonal, que por sí solo también puede estimular el crecimiento tumoral.
Al respecto, investigadores españoles, bajo el liderazgo del Dr. Miguel Ángel Martínez García, del Hospital La Fe, de Valencia, pertenecientes al Grupo Español de Sueño de SEPAR, han comprobado en ratones, tras someterlos a una hipoxemia intermitente parecida a la que sufren los humanos con apnea, que los tumores en estos modelos animales crecen a doble velocidad respecto a los del grupo control y que los ratones con hipoxemia también tenían un número de metástasis superior a los ratones controles.
Asimismo, en un estudio posterior, estos investigadores han comprobado que la apnea del sueño se relaciona con un aumento de la agresividad de los melanomas cutáneos malignos. En particular, ha constatado que sufrir apnea del sueño aumenta al doble las posibilidades de que las personas afectadas padezcan un melanoma de mayor agresividad respecto a las personas con este cáncer pero sin apnea del sueño. Además, se ha visto que cuanto mayor es la gravedad de la apnea del sueño, mayor es la agresividad del melanoma y también que la prevalencia de apnea del sueño es mayor entre los pacientes con melanoma, pues en esta investigación se ha registrado que el 60% de las personas con melanoma tenían apnea, el triple, respecto a la población general.