Analizar la importancia de la obesidad y los niveles de adipocitocinas en pacientes con migraña. Este es el objetivo del estudio iniciado por la Clínica Universidad de Navarra, que tratará de dar respuesta al mecanismo fisiopatológico que explique la relación entre el aumento de grasa corporal y la cronificación de ...
Analizar la importancia de la obesidad y los niveles de adipocitocinas en pacientes con migraña. Este es el objetivo del estudio iniciado por la Clínica Universidad de Navarra, que tratará de dar respuesta al mecanismo fisiopatológico que explique la relación entre el aumento de grasa corporal y la cronificación de la migraña. Tras demostrarse que el riesgo de padecer migraña, especialmente crónica, aumenta en pacientes con sobrepeso y obesidad, el equipo investigador busca una causa que permita entender cómo influye la grasa corporal en la cefalea y, así, avanzar en el tratamiento de este trastorno neurológico.
"La obesidad afecta a un proporción importante de la población. Es un factor de riesgo de cronificación de la migraña potencialmente reversible mediante dieta, ejercicio y cirugía en algunos pacientes", afirma Dr. Pablo Irimia, responsable de la Unidad de Cefaleas de la Clínica. Un estudio multicéntrico que lidera la Clínica Universidad de Navarra y en el que participa la Dra. Gema Frühbeck, directora del Laboratorio de Investigación Metabólica de la Clínica Universidad de Navarra, y los Dres. Irimia y Ane Mínguez-Olaondo, de Neurología.
Diferentes estudios han probado que el riesgo de padecer migraña se incrementaba en un 27% en personas con obesidad. Una relación que mostraba un aumento paralelo entre estas cefaleas y el índice de masa corporal. Un factor, la obesidad, que además favorece que la migraña esporádica se convierta en crónica, multiplicando por tres esa probabilidad. Sin embargo, hasta la fecha se desconocen los mecanismos fisiopatológicos que constituyen esta relación.
"Se cree que la liberación de citosinas proinflamatorias, como consecuencia del aumento de tejido adiposo en sujetos obesos, podría contribuir a la inflamación neurogénica que acompaña a la migraña y, como consecuencia, a incrementar progresivamente el número de crisis", apunta el Dr. Irimia. Esta es la hipótesis que se va a tratar de probar en el presente estudio. En él, participan personas divididas en tres subgrupos: con migraña episódica, migraña crónica y el grupo control, sin cefaleas.
Avance ante un posible tratamiento
La migraña es un trastorno que afecta al 14% de la población. Una patología frecuente, incapacitante y con un enorme impacto sobre el paciente, que sufre fuertes crisis de dolores de cabeza acompañados de vómitos y malestar ante la luz y el ruido. Un dolor que puede durar entre 4 horas y 3 días, y surge de forma inesperada.
Pese a que la migraña puede ser tratada, es una enfermedad que no tiene cura. Por el momento, la terapia consiste en tratamientos sintomáticos, ya sean con antinflamatorios o fármacos triptanes, para aliviar el dolor y con fármacos preventivos para reducir la frecuencia e intensidad de la crisis. "Como el dolor en la migraña se produce porque se dilatan las arterias del cerebro, los fármacos vasoconstrictores, como triptanes, tienen un efecto muy beneficioso. Sin embargo, los pacientes con migraña frecuente deberían tomar un tratamiento preventivo y evitar el consumo excesivo de analgésicos", explica el Dr. Irimia.
No se conoce su causa exacta, pero sí que tiene un alto componente genético. Alrededor de un 70% de los casos presenta antecedentes genéticos. Además, hay una serie de factores desencadenantes que favorecen su cronicidad, entre los que destaca la obesidad. Por lo que encontrar la causa exacta que vincula el aumento de grasa con la aparición de migrañas podría contribuir a conocer las causas de la enfermedad y facilitar el desarrollo de tratamientos más específicos.