Durante la primera jornada del XXXVIII Congreso de la semFYC ha habido tiempo para una gran variedad de actividades en las que han participado 2.500 congresistas. En la primera sesión de actualización del congreso, se ha analizado el papel de las apps y de la gamificación en la consulta y ...
Durante la primera jornada del XXXVIII Congreso de la semFYC ha habido tiempo para una gran variedad de actividades en las que han participado 2.500 congresistas. En la primera sesión de actualización del congreso, se ha analizado el papel de las apps y de la gamificación en la consulta y en los tratamientos. Así, Francesc Garcia, Profesor asociado en Fundació TICSalut Social, ha recalcado la importancia de un buen uso de la información que se extrae de las apps de salud, de las cuales tan solo en el 2017 se realizaron 3,7 mil millones de descargas. "Tenemos que incorporar al ciudadano en la estrategia de información, y pensar en el entorno y en el ecosistema", ha indicado Garcia Cuyàs, quien ha añadido que con este objetivo nació App Salud: "Hace dos años que empezó, y nuestro objetivo era incorporar movilidad a la salud digital; dar servicios a los ciudadanos y profesionales, participación ciudadana, recomendación de apps y disponer de apps seguras. Esto último, como médico, es lo que me preocupaba".
En cuanto a la gamificación, Lubna Dani Ben ha explicado, primero, que "gamificar es el empleo de técnicas lúdicas en un entorno no lúdico. Se usan los valores positivos del juego (motivación, concentración, esfuerzo y fidelización) para adquirir conocimientos de manera entretenida". A continuación, ha señalado que se puede usar tanto en la población, para cambiar hábitos de vida de los pacientes (gestionar emociones, resolver conflictos, autocontrolar la diabetes, ayudar a dejar de fumar) como para ayudar en la formación de los profesionales (se aumenta la motivación y la implicación). En ese sentido, Lubna Dani Ben ha indicado que "la gamificación y el ámbito digital es la evolución natural de la futura manera de formarse", pero que "hay que animarse a investigar en este campo para demostrar si es realmente efectivo".
Atención domiciliaria
A media mañana, en la sala plenaria, se ha debatido sobre el papel de la atención domiciliaria. A lo largo del acto, José Miguel Baena y Eduardo Borreguero han desgranado las ventajas e inconvenientes de dos modelos de atención domiciliaria: el tradicional o integrado y el dispensarizado. Tras explicar sus respectivas experiencias en cada uno de los modelos, Borreguero ha señalado que "la figura del profesional sanitario referente es clave para tender a los pacientes en su domicilio; la atención domiciliaria necesita el liderazgo de la AP, pero debemos colaborar y coordinarnos con otros servicios sanitarios y sociales". Por su parte, Baena ha querido resaltar que "ambos modelos tienen resultados similares, por lo que son precisos estudios al respecto. La implantación de un modelo debe basarse en la evidencia científica, después de una evaluación a largo plazo de los resultados y a partir del consenso entre profesionales, sociedades científicas, grupos de pacientes y administración". Ha añadido, además, que en el modelo clásico "un estudio demostró que había más confianza y tranquilidad y profesionalidad, en cambio, en el dispensarizado los pacientes estaban más satisfechos y valoraban mejor al amabilidad en el trato". Sin embargo, al final, ambos expertos han asegurado que el quid de la cuestión era que "se necesitan más médicos de familia. Somos los que somos y tenemos que hacer lo nuestro, derivar menos, hacer cirugía menor y la atención domiciliaria".
Adherencia terapéutica
Otro de los problemas clave a los que se enfrenta la especialidad en concreto, y la medicina en general, es la adherencia a los tratamientos. Mireia Massot ha explicado que "según un estudio, el 50% de los pacientes abandona el tratamiento farmacológico durante el primer año, y los que continúan producen muchos errores en la toma de la medicación". Así, ha añadido que se tendrían que controlar a todos los pacientes que tomen un medicamento crónico, a los pacientes con alta carga terapéutica, a los mayores de 65 años o que tiene deterioro cognitivo, ya que son los pacientes con más probabilidades de incumplir el tratamiento. "A partir de aquí, a través de una serie de herramientas directas e indirectas, tenemos que explorar la adherencia y buscar, sobre todo, las causas de la no adherencia. Eso es lo importante, las causas".
En su turno de palabra, Vicente Gil también ha querido resaltar la falta de investigación en este campo, además de señalar que "hay que hacer una adaptación individual del tratamiento, seleccionando la mejor estrategia mixta". Para ello, hay que dar instrucciones concisas, sistematizadas, adecuadas a cada paciente y por escrito, explicar el objetivo del tratamiento, dejar hacer preguntas, valorar las expectativas del paciente y dar próxima fecha de visita, entre otros. De hecho, para el médico, "mejorar el cumplimiento terapéutico es el mayor reto al que nos enfrentamos".
Sobrediagnóstico
Por la tarde ya, Pascual Solanas ha hecho una reflexión sobre el sobrediagnóstico y el sobretratamiento hoy en día. En palabras suyas, las causas de ambas residen en que se realizan cribados que no han demostrado su eficacia, el aumento de la sensibilidad de test diagnóstico, los incidentalomas (tenemos "cositas" de significado incierto) y el aumento de la amplitud de las definiciones (pre-enfermedades y cambios de criterios de diagnósticos). "Sin embargo –ha resaltado– el verdadero problema es la poca calidad y el uso inadecuado de las guías de práctica clínica". "Además, en casi ninguna hay perspectiva de los pacientes. Hay pacientes muy capacitados para tomar decisiones en medicina sin ser médicos", ha añadido, y ha explicado cómo deberían ser estás guías: "Deben contar con la mejor evidencia disponible, pero como un punto de partida, no un punto final. Tiene que ser una herramienta que me acompaña con recursos para conseguir llegar a unos objetivos".
Josep M. Bosch, por su parte, ha explicado que la toma de decisiones compartidas, "en general, mejora la calidad de la relación asistencial, ya que estas herramientas ayudan a la decisión, los pacientes muestran un mayor conocimiento, clarifican y lo involucran en la toma de la decisión final. Además, de calmar los nervios del paciente, entre otras".