El encargo de organizar un congreso no es tarea fácil. Lo sabe bien Albert Casasa quien, desde hace más de un año, ha vivido en su propia piel como, poco a poco, todo iba cuadrando hasta llegar a encajar a la perfección. Más de doce meses de trabajo duro, pero ...
El encargo de organizar un congreso no es tarea fácil. Lo sabe bien Albert Casasa quien, desde hace más de un año, ha vivido en su propia piel como, poco a poco, todo iba cuadrando hasta llegar a encajar a la perfección. Más de doce meses de trabajo duro, pero satisfactorio, al ver el resultado del último Congreso de la semFYC. "Los números de esta edición, la XXXVIII, son muy positivos y alentadores. Hemos recibido más de 2.200 comunicaciones científicas y de estas hemos aceptado unas 2000. Son unos números muy buenos", detalla el coordinador del comité científico, quien explica que la calidad de las mismas ha sido muy buena. "De las que recibimos más son de caso clínicos, que este año han sido 1.500 y hemos aceptado unas 1.400". También, cuentan con la categoría de Experiencias, "que son cosas que se han hecho en el centro y que tienen su interés. Tampoco son proyectos de investigación, pero son muy interesantes". De estas, en esta edición se han recibido unas 150.
Albert Casasa destaca también la categoría de Proyectos de investigación, que se han recibido un total de 68 y que son "ideas que ya están desarrolladas o que están a punto de serlo. La gracia es presentar el proyecto cómo será y luego ya veremos el resultado. La mayoría que no son casos clínicos son experiencias de investigación en resultados". Las investigaciones en riesgo cardiovascular y para gente mayor suelen ser los temas más abordados.
Sin embargo, el coordinador científico del Congreso destaca dos categorías más. Una, que es la Experiencia Docente, "que tiene un papel muy importante, ya que vienen muchos residentes al congreso" y otra, que es nueva de este año, de Trabajo de Investigación: "Todos los residentes, en el último año, tienen que presentar un proyecto de investigación. En esta edición, hemos querido darles visibilidad a estos trabajos a través de una mesa en el Congreso donde quienes han querido han podido presentar el suyo".
Un congreso joven
De hecho, esta nueva categoría no hace más que demostrar una realidad que se vive por los pasillos del Congreso: el de la semFYC es un congreso joven. No obstante, reconoce Albert Casasa que, "de entre los 2500 participantes que han acudido este año a Barcelona, más de la mitad son residentes y médicos jóvenes". Así, el coordinador del comité científico considera esta noticia como algo muy positivo: "Encontramos aquí tres aspectos principales. Uno, es muy importante para el futuro de la especialidad; dos, muestra la implicación que tienen desde el principio los médicos residentes y jóvenes de nuestra especialidad, y tres, esto nos obliga a tener que adaptarnos a los médicos jóvenes, a sus demandas, preferencias y maneras de hacer".
De aquí ha nacido uno de los cambios más importantes que ha vivido este año el congreso. "A los jóvenes les gustan más los talleres. Por eso, hemos incorporado los talleres de gran formato, para que quepa todo el mundo y nadie se quede fuera", clarifica Albert Casa, y añade: "En esta edición han tenido mucho éxito, al igual que las actualizaciones". Asegura, también, que "anima ver que los residentes que vienen, vienen con ganas. Además, a pesar de que la investigación es una tarea ardua y difícil, la gente se atreve a explicar con pasión sus experiencias, y esto está muy bien. Y la gente joven lo hace más".
Compatibilidad
Además de nuevos formatos, este año ha contado con el cambio de horario del congreso, "que ha sido muy relevante, ya que hasta la fecha siempre habíamos hecho horarios maratonianos". En esta edición, las actividades comenzaron, ya con fuerza, el jueves por la mañana y se alargaron hasta el sábado mediodía. "Sin embargo, a las 17 o a las 18h, las actividades ya terminaban, por lo que los asistentes tienen más tiempo para disfrutar de la ciudad".
Otra novedad, que se incorporó el año pasado en Madrid ha sido que "las conferencias importantes, las hemos hecho a una hora en la que no hay nada más para que no se solape y la gente pueda asistir", detalla.
Tres itinerarios
En esta edición, los tres itinerarios han sido: Avanzando en la mejora de la Atención Primaria; Tecnología: de la teoría a la práctica, y Buenas prácticas. Albert Casasa nos explica cómo se han llegado a definir estas tres líneas: "Los grupos de trabajo de la sociedad y las sociedades federadas nos envían una serie de propuestas de diferentes temas cada año. Recibimos muchas propuestas y, luego, el comité elige los más relevantes o los que más gente pedía y los agrupamos. Siempre hay de todo, pero, curiosamente, el itinerario de tecnología sale un año sí, otro no, y este tocaba. El de buenas prácticas también suele ser la línea habitual, que es el día a día asistencial, comunitario, las cosas que hacemos y las que no hacemos bien".
Orgulloso
Por su parte, una vez concluidos los tres días y los nervios por que todo salga bien, Albert Casasa está convencido de que "ha servido para hacer piña, porque se nota por los pasillos. La gente, aparte de asistir a los actos, luego conocen gente, se relaciona y se encuentra con compañeros de otros lugares que, quizá, no se ven desde el último congreso. Todo, con una actitud positiva que hace que luego volvamos a casa con más ganas y más fuerza".
Además, el coordinador del comité científico valora muy positivamente la asistencia. "En esta edición, hemos contado con unos 2.500 congresistas, lo que nos sitúa a la misma altura que en las últimas ediciones". Recuerda que el paradigma de los congresos ha cambiado, "ya no es igual a antes de las crisis o a hace 10 o 15 años, donde asistían unas siete mil personas. La industria antes tenía más potencial para invertir, y ahora no". Por otra parte, añade que como sociedad siempre han tenido clara la independencia del congreso respecto a la industria, "por lo que menos inversión se traduce en menos gente. Además, también hay un factor importante y es que ahora es más difícil cerrar agendas, encontrar sustitutos, que no den permisos para poder venir, y esto influye mucho. A pesar de ello, ahora estamos estabilizados e incluso crecemos un poco". La clave, como siempre, recuerda que está en adaptarse. "Este año hemos hecho una oferta previa de inscripción low cost antes de año, para que la gente se pudiese inscribir a muy buen precio y esto también ha propiciado que haya más residentes".
Finalmente, le preguntamos sobre el futuro del congreso, y augura un modelo similar al de este año. "Lo importante está en las actividades, hay que agruparlas y hacerlas más accesibles a todo el mundo Pero, básicamente, será esto, no cambiará mucho".