Lejos queda aquella época en la que fumar era cosa de hombres. Pese a que ellos siguen fumando más que ellas, las mujeres cada vez más se inician a edades más tempranas. En este contexto, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), coincidiendo con el Día Mundial Sin ...
Lejos queda aquella época en la que fumar era cosa de hombres. Pese a que ellos siguen fumando más que ellas, las mujeres cada vez más se inician a edades más tempranas. En este contexto, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), coincidiendo con el Día Mundial Sin Tabaco que se celebra este 31 de mayo, ha remarcado la necesidad de promover más programas para evitar que siga esta tendencia. "La mujer lleva un tiempo incorporándose al consumo del tabaco de manera más frecuente", ha señalado Carlos A. Jiménez, presidente electo de SEPAR, quien tiene claro qué hay que hacer: "Para que no se incorporen las jóvenes al consumo del tabaco, la medida más eficaz es la elevación de los precios del tabaco. Es algo que desde SEPAR lo hemos planteado de manera reiterada a las autoridades. Les hemos insistido en que es fundamental que el tabaco suba de precio. España es uno de los países de la UE con el precio de tabaco más bajo, y esto no puede ser".
Diferencias de género
En este sentido, el neumólogo ha indicado que existen diferencias de género en el tabaquismo que son muy importantes. A continuación ha pasado a desgranar alguna de las mismas: "Encontramos diferencias epidemiológicas; en cuanto a enfermedades asociadas al consumo del tabaco; las características del tabaquismo, y la eficacia de los tratamientos para dejar de fumar".
En cuanto a las primeras, existe una gran diferencia en la prevalencia de los fumadores. Según la encuesta EDADES 2016, elaborada por el Observatorio Español de las Drogas y las Dicciones y la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, la prevalencia del consumo de tabaco entre hombres de 15 a 64 años es del 34,2% en hombres, y del 27,3% en mujeres. "Sin embargo, las cosas cambian en edades más jóvenes, donde la diferencia entre 15 y 24 años es de solo tres puntos (25,3% para los hombres y 22,4% para las mujeres), y sigue disminuyendo entre los 14 y los 18 años donde las mujeres fuman más que los hombres (8,7% frente al 9,1%)". En los 18 años de edad, la cifra se sitúa 20,2% para las mujeres, y 18,1% para los hombres. No obstante, la edad del primer cigarrillo es muy similar en ambos sexos, siendo de 14,6 años para los jóvenes y 14,5 para las mujeres.
Diferencias en enfermedades
Otro punto a destacar son las diferentes enfermedades asociadas al tabaquismo según el sexo. Así, las mujeres fumadoras "tienen mayor riesgo de sufrir infertilidad, ya que la patología obstétrica es más frecuente en la mujer fumadora". Además, las mujeres fumadoras que usan anticonceptivos multiplican su riesgo de enfermedad cardiovascular.
Algo destacable es que "mientras el cáncer de pulmón en nuestro país va disminuyendo entre la población masculina, lamentablemente, entre las mujeres está aumentado. De hecho, se calcula en 2022 el cáncer más frecuente entre las mujeres sea el cáncer de pulmón", ha sentenciado el doctor Jiménez, quien ha explicado que, sin embargo, "en mujeres suele tener mejor pronóstico que en varones".
Pero la lista no termina aquí. Las mujeres también padecen con más frecuencia osteoporosis; la EPOC se manifiesta con mayor gravedad en las mujeres, presentando una mayor sintomatología (síntomas respiratorios, ansiedad y depresión), y precisan un mayor uso de broncodilatadores de acción rápida por padecer una mayor obstrucción.
¿Recompensa positiva o negativa?
A través de un estudio realizado por la Unidad Especializada en Tabaquismo de la Comunidad de Madrid, en el que han participado 6.354 personas, se ha podido discernir la motivación para fumar. "Así, los hombres tienen más alto grado de dependencia física por nicotina que la que tienen las mujeres, pero los motivos son diferentes. Las mujeres fuman por recompensa positiva (52,29%), es decir, por el placer de fumar un cigarrillo en determinadas situaciones; ellos lo hacen por recompensa negativa (48,44%), para evitar el síndrome de abstinencia", ha señalado Carlos Jiménez.
Del estudio también se desprende que "las fumadoras se plantean dejar de fumar más frecuentemente que el hombre y a edades más tempranas y tienen menor dependencia física por la nicotina que los fumadores". A pesar de ello, fracasan más que los hombres a la hora de dejar este hábito, pues el 63,4% de los hombres tiene éxito en dejarlo, y el 40,6% de ellas fracasa.