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Nuevo papel del lóbulo frontal en el dolor crónico

La existencia de una vía de comunicación entre esta área cerebral y la médula espinal podría abrir una vía para desarrollar nuevas terapias analgésicas.

06/06/2018

Un equipo internacional de científicos ha descubierto que la estimulación del córtex cingulado anterior (CCA) potencia la transmisión sináptica excitatoria en la médula espinal. La vía medular es conocida por propagar estímulos nociceptivos y su actividad se encuentra potenciada en situaciones de dolor patológico. Sin embargo, hasta ahora se creía ...

Un equipo internacional de científicos ha descubierto que la estimulación del córtex cingulado anterior (CCA) potencia la transmisión sináptica excitatoria en la médula espinal. La vía medular es conocida por propagar estímulos nociceptivos y su actividad se encuentra potenciada en situaciones de dolor patológico. Sin embargo, hasta ahora se creía que las estructuras del lóbulo frontal eran incapaces de modularla.

El CCA es una importante área lobular frontal involucrada en la percepción del dolor, afirma Min Zhuo, investigador en la Universidad de Toronto y director del estudio. En los experimentos llevados a cabo en ratones y ratas se pudo constatar que al menos parte del dolor transmitido por vía espinal tiene su origen en el CCA y que su tratamiento en esta área cerebral podría prevenir su conversión a dolor crónico. Zhuo indica que el dolor originado en el CCA es muy diferente del causado por un daño físico y no requiere la presencia de éste para ser percibido. Este fenómeno sería explicable por la estrecha relación existente entre el lóbulo frontal y la personalidad y las emociones.

En situaciones de ansiedad extrema, la liberación masiva de neurotransmisores resulta en que la médula perciba como dolorosas actividades que normalmente no lo son, como caminar. El investigador también afirma que este mecanismo podría explicar el dolor torácico asociado a la ansiedad y que puede llevar a pensar que el individuo sufre una dolencia cardiovascular. A diferencia de otras vías de transmisión de dolor, la mediada por el lóbulo frontal es simple, por lo que su inhibición en humanos podría conseguirse de forma relativamente sencilla, concluye Zhuo.

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