El consumo de frutos secos se ha limitado durante muchos años debido a su alta densidad energética. Sin embargo, en las últimas décadas, resultados de importantes estudios de intervención nutricional han sugerido que, pese a su alto contenido en grasa, los frutos secos no afectan de forma negativa al peso ...
El consumo de frutos secos se ha limitado durante muchos años debido a su alta densidad energética. Sin embargo, en las últimas décadas, resultados de importantes estudios de intervención nutricional han sugerido que, pese a su alto contenido en grasa, los frutos secos no afectan de forma negativa al peso corporal e incluso pueden ejercer efectos beneficiosos sobre distintos factores de riesgo cardiovascular, tales como la resistencia a la insulina, inflamación, presión arterial o incluso el perfil lipídico.
La composición nutricional de los frutos secos difiere mucho de un tipo a otro. Las nueces, por ejemplo, son especialmente ricas en ácido grasos α-linolénico y linoleico. Se ha hipotetizado que esta composición nutricional única de ácidos grasos de las nueces puede ser la responsable de la disminución en las concentraciones de colesterol total y triglicéridos observada en distintos estudios nutricionales. Aunque son diversos los estudios que han evaluado los efectos del consumo de nueces sobre el perfil lipídico, (colesterol total, colesterol malo conocido como LDL, colesterol bueno conocido como HDl y triglicéridos) existen controversias al respecto. Ya un estudio de 2009 concluyó que las dietas suplementadas con nueces reducen el colesterol LDL en comparación con otras dietas.
Debido a las discrepancias observadas entre estudios y teniendo en cuenta que desde el 2009 se han publicado más de 10 artículos científicos nuevos al respecto, investigadores del CIBEROBN de la Universidad Rovira i Virgili, en colaboración con la Universidad de Harvard, se plantearon actualizar el meta-análisis del año 2009 con el objetivo de evaluar los efectos de las dietas enriquecidas en nueces sobre el perfil lipídico y de un tipo de proteínas que transporta lípidos a la sangre, conocidas como apolipoproteinas. Además, fueron más allá y también evaluaron sus efectos sobre el peso corporal y otros factores de riesgo cardiovascular.
26 estudios de intervención y más de 1.000 participantes
Tras analizar los resultados provenientes de 26 estudios de intervención nutricional, incluyendo un total de 1.059 participantes, los investigadores han concluido que, en comparación a dietas control, las dietas suplementadas con nueces disminuyen el colesterol total en 6.99mg/dL, el colesterol LDL en 5.51mg/dL y los triglicéridos en 4.69mg/dL. Sin embargo, el consumo de nueces no parece tener efectos sobre el peso corporal o la presión arterial en comparación con las dietas control.
Según los investigadores, el presente estudio proporciona evidencia sólida sobre los beneficios del consumo de nueces sobre el perfil lipídico sin afectar de forma negativa al peso corporal o la presión arterial. A pesar de ser un alimento con una alta densidad energética, el consumo de nueces no promueve la ganancia de peso y, por lo tanto, las nueces pueden ser incorporadas en el contexto de una dieta saludable para la prevención cardiovascular.
Aunque no se conoce de forma exacta el mecanismo de acción por el cual las nueces pueden mejorar el perfil lipídico, parece ser que su alto contenido en esteroles vegetales, ácidos grasos α-linolenico y linoleico, y polifenoles, pueden ser los responsables. Estos nutrientes tienen altas propiedades antioxidantes y antiinflamatorias y además pueden interferir en la absorción de colesterol.
El presente estudio ha sido liderado por la investigadora Marta Guasch-Ferré, investigadora post-doctoral de la Universidad de Harvard y de la Universidad Rovira i Virgili y el catedrático Salas-Salvadó, investigador principal del CIBEROBN, y publicado en la prestigiosa revista The American Journal of Clinical Nutrition.