El número de personas con VIH mayores de 50 años ha crecido en España casi un 40% (del 7,5% hasta el 46,5%) en apenas tres lustros (de 2002 a 2017), consecuencia directa de la mejora de la eficacia del tratamiento antirretroviral (TAR), que ha permitido que las personas infectadas con ...
El número de personas con VIH mayores de 50 años ha crecido en España casi un 40% (del 7,5% hasta el 46,5%) en apenas tres lustros (de 2002 a 2017), consecuencia directa de la mejora de la eficacia del tratamiento antirretroviral (TAR), que ha permitido que las personas infectadas con el virus del SIDA hayan aumentado su expectativa de vida hasta llegar a ser casi similar a la de la población general.
El aumento de la esperanza de vida de las personas con VIH ha llevado aparejada un incremento de las comorbilidades no relacionadas con el SIDA como son las enfermedades cardiovasculares, la enfermedad renal o la diabetes, entre otras, lo que hace preciso el uso de fármacos concomitantes al TAR para el cuidado de estas patologías crónicas.
A pesar de que la polifarmacia puede ser beneficiosa, su uso se asocia con un potencial riesgo de interacciones medicamentosas y de acontecimientos adversos, una menor adherencia al tratamiento, un mayor riesgo de hospitalizaciones, de empeoramiento de la salud del paciente y, en el peor caso, de muerte.
Es por este motivo que el Grupo de Estudio del SIDA (GeSIDA) de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) y el Grupo VIH de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) han elaborado, de forma conjunta, un documento de consenso sobre "Desprescripción farmacológica de la terapia no antirretroviral en pacientes con infección por VIH". El objetivo de este documento de consenso es dar a conocer el estado actual de esta problemática a los profesionales que tratan a adultos con infección por VIH y proporcionarles recomendaciones que puedan guiar sus decisiones terapéuticas.
"Aunque en los pacientes VIH las interacciones medicamentosas están bien estudiadas, la prevalencia y las consecuencias de la polifarmacia y de la prescripción potencialmente inapropiada no son bien conocidas. Adicionalmente, se está desarrollando la medición de lo que se conoce como complejidad farmacoterapéutica, también relacionada con los resultados en salud en estos pacientes. Todo esto hace preciso que la prioridad en el enfoque terapéutico en estos pacientes, en los próximos años, sea la optimización de la polifarmacia y el control de la prescripción potencialmente inapropiada", explican el Dr. José Ramón Blanco, del Hospital San Pedro de La Rioja y miembro de GeSIDA, y el Dr. Ramón Morillo, Farmacéutico Especialista del Hospital Virgen de Valme de Sevilla e integrante de la SEFH, coordinadores de este nuevo documento de recomendaciones.
En los pacientes con polifarmacia, una de las opciones más habituales es la de mantener los tratamientos pautados. Sin embargo, en ocasiones, las opciones terapéuticas son complejas y la optimización de la polifarmacia y el control de la prescripción potencialmente inapropiada se consigue a través de la "desprescripción" de dichos tratamientos manteniendo su eficacia.
"En este contexto se entiende por desprescribir el proceso terapéutico multidisciplinar de reevaluar la terapia prescrita y sus objetivos farmacoterapéuticos, orientado a alcanzar los mejores resultados en salud de los pacientes, acordes a sus condiciones fisiopatológicas, funcionales, cognitivas, preferenciales y de esperanza de vida", apuntan los Dres. Blanco y Morillo.
Precisamente, este nuevo documento impulsado por GeSIDA y la SEFH se encarga de dar a conocer el estado actual de la problemática de la desprescripción a los profesionales que tratan a adultos con infección por VIH y proporcionarles recomendaciones que puedan guiar sus decisiones terapéuticas.