El impacto del envejecimiento de la población en la Unión Europea alcanzará sus máximas cotas en las próximas décadas. La cada vez más escasa natalidad y el aumento de la esperanza de vida están transformando la pirámide de edad, conformando un tipo de sociedad hasta ahora inédito. El número de ...
El impacto del envejecimiento de la población en la Unión Europea alcanzará sus máximas cotas en las próximas décadas. La cada vez más escasa natalidad y el aumento de la esperanza de vida están transformando la pirámide de edad, conformando un tipo de sociedad hasta ahora inédito. El número de personas en edad laboral se está reduciendo a la par que crece el colectivo de trabajadores jubilados. Esta situación se agravará cuando la generación del "baby boom", los nacidos hasta 1964, alcance por completo los 65 años.
Según Eurostat, el porcentaje de población en edad laboral disminuirá de manera constante hasta 2050. En ese período y hasta 2080, las personas mayores aumentarán su porcentaje hasta representar un 29,1% de la población total, casi un 10% más que las registradas en 2016. El progresivo envejecimiento estimulará una mayor demanda de servicios específicos para este rango de edad: se prevé que la tasa de dependencia por razón de edad total prevista aumente del 53,2% al 79,7% en 2080.
Esta situación tendrá unas importantes implicaciones de carácter socioeconómico, abriéndose un debate para reformular los sistemas fiscales y administrativos de los países miembros. Las necesidades en materia de servicios de una población envejecida provocarán aumento de la carga de gasto social sobre las personas en edad laboral. Para hacer frente a esta situación, la Comisión Europea está poniendo en marcha proyectos como ACTIVAGE, enmarcado en su programa Horizon 2020.
El proyecto ACTIVAGE, puesto en marcha en enero de 2017, persigue aprovechar las oportunidades que ofrece el "Internet de las Cosas" y el desarrollo digital para crear nuevas formas de asistencia y seguimiento de la tercera edad, adaptando su entorno actual a uno de mayor seguridad para los ancianos y sus familiares. De este modo, se busca minimizar los efectos de la inversión de la pirámide demográfica a través del desarrollo de tecnologías que favorezcan una mayor calidad de vida para nuestros ancianos.
Además, el proyecto tiene como objetivo involucrar otras organizaciones, principalmente PYMES y Startups, para que puedan ofrecer sus tecnologías y productos a los usuarios de este piloto a gran escala y beneficiarse del ecosistema ACTIVAGE.
Actualmente y hasta el 31 de octubre se encuentra abierta la convocatoria de presentación de proyectos. A través de esta iniciativa el organismo repartirá 600.000€ a 10 proyectos que enmarquen su actividad en el desarrollo de soluciones maduras basadas en el Internet de las Cosas (IoT) para estimular y favorecer el envejecimiento activo y saludable de la población. Esta convocatoria permitirá a los ganadores validar sus desarrollos en entornos reales a través de proyectos con una duración de 12 meses que arrancarán en enero de 2019.